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ELLIE Y EL TRAIDOR

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—¡Shot, shot, shot! —gritaban todas al unísono mientras Jossie negaba con la cabeza.

Era divertido ver cómo sus amigas que trabajaban con ella en el hospital se volvían locas por este momento, en donde Josselyne Wise tenía que estar ebria para que así le pudiesen poder a ese bailarín exótico que su dama de honor había conseguido.

—No lo haré —decía Jossie mientras alejaba de sí el pequeño shot de tequila que le habían puesto prácticamente en las manos.

—¡No seas aburrida, Josselyne! Una no se va y se casa todos los días, disfruta de los pocos días que te quedan de soltería —Charlotte le pasó de nuevo ese shot.

Para mí era un poco extraño el ambiente, todo esto se había realizado en el salón de un hotel y aunque no era tan grande como lo había sido la fiesta de compromiso, era sin duda, algo extravagante.

Por aun tener veinte años, me sentía un poco alejada, a pesar de ser una despedida de soltera los bartender de la barra estaban exigiendo las identificaciones para otorgar alcohol.

Así que ahí estaba yo, sentada en una de las mesas mientras bebía limonada mineral y comía todos los bocadillos que todas ignoraban por las bebidas alcohólicas.

Suspiré y me llevé a la boca un dedo de queso, estaba aburrida.

—¡Emma! —gritó Charlotte, sin duda un poco ebria—. ¡Ven acá Emmie!

Elevé las cejas aún con la boca llena.

Charlotte no se hizo esperar y se acercó hasta la mesa, me tomó por la muñeca y me hizo poner de pie para guiarme hasta donde estaba Jossie.

—¡Tenemos a la prima de la novia!

—Basta, Char —musitó ella mientras un su rostro había diversión.

—No, no, no. Tenemos a Emma, y por lo tanto si no quieres que tu mejor amiga termine en la cárcel te beberás ese shot de tequila. Es el trato.

Bueno, ahora soy un rehén.

Jossie negó con la cabeza, no estaba nada contenta con el hecho de tener que beber, ella decía que para divertirse no tenía que estar ebria.

Bueno, su forma de pensar se esfumó desde el momento que tomó el primer shot, de hecho ese fue el de la perdición, porque después del primero vino el segundo, el tercero... y unos cuántos más para que ella terminara bailando como loca en el centro de la pista de baile con todas sus amigas.

Y pensar que ella no quería beber...

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Después de una semana intensiva, había decido relajarme. Toda la semana me la pasé encerrada en el estudio con mamá editando vídeos y algunas fotografías que ella tomaba en eventos. Mamá siempre había tenido demasiado trabajo, era una fotógrafa con demasiada demanda en la ciudad y eso casi siempre la mantiene ocupada.

Antes era Dave quien la ayudaba con la edición de las cosas, ahora me toca a mí hacerlo porque no tengo un trabajo aparte de este y en verdad lo disfruto, aunque no es lo que esperaba para mí a decir verdad. Yo aspiraba cosas diferentes y aunque no las logré sigue sin ser mi trabajo soñado.

Mamá sabe que no es lo que quiero para mi vida, y aunque ahora esté un poco ocupada con la edición del libro, sé que debo permanecer en un trabajo para que sirva de algo.

Sueños rotos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora