EL PRIMER AMOR
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Necesitaba más de ese contacto. El simple roce de sus labios erizó toda mi piel y cuando por fin sus labios estuvieron completamente unidos a los míos sentí muchas emociones atravesar por todo mi sistema. Mi pecho dio un estallido y creo que fue demasiado fuerte porque cada parte de mi sintió esa energía, ese calor que se evaporó a través de mis mejillas. Sentí mi piel calentarse, sentí mis manos frías y quería que él las tomara. Pero simplemente no pude atreverme a hacerlo yo misma, ahora mismo me sentía indefensa, que él era el que tenía el control de todo. Y quería que así fuera porque me sentía bien, me sentía tranquila y protegida de todas las amenazas del mundo.
Alec movía sus labios sobre los míos y también fui capaz de corresponder ese beso, quise hacerlo y se sintió como si diera de nuevo mi primer beso. Una parte de mí así lo creía, porque la Emma anterior hizo todas las cosas habidas y por haber, ahora la Emmaline nueva no había dado ni siquiera el paso de aventurarse a lo desconocido de nuevo. Y vaya que conocer de nuevo las cosas estaba resultando demasiado bien.
Alec Evans era capaz de hacerme sentir de nuevo todas aquellas emociones que una vez sentí de adolescente. Estaba la chispa, el simple roce de sus labios incendiando todo mi cuerpo y provocando que mi pecho hiciera explosión.
Sus manos eran un contacto que ardía, quemaba porque me hacía sentir —como él dijo— deseada. Elevé mis manos a la altura de sus hombros y las posé ahí, porque si seguía aferrándome a mis pies terminaría en el suelo, porque la gravedad posiblemente estaba jugando conmigo y ahora me estaba haciendo flotar. Correspondía a ese beso porque era lo único que me estaba haciendo sentir viva, era lo único que sentía podía aferrarme a la vida, me gustaba de nuevo la sensación. Me encantaba. Una parte de mí estaba cien por ciento segura de que este tipo de energía nunca la había sentido, y era consciente también de la manera en la que Alec besaba: con pasión, como si el mundo se fuera a acabar en este momento, como si lo único que necesitáramos para salvarnos de todo el caos fuera este beso. Sí, el beso era nuestra salvación, mi salvación...
Sentía cada movimiento de sus labios bailar al compás de los míos. Sus manos contra mis mejillas, acariciando, trazando mi piel, conociendo. Ahora mismo no me importaba que él conociera más allá de mí. No me importaba que él tocara mi cicatriz porque así sentía que él podría conocer mis secretos.
Cuando él terminó con el beso, no quise abrir mis ojos porque temía ver su reacción. Pero entonces él depositó un pequeño beso y me hizo reaccionar.
—Emmaline Prescott... ¿Qué me estás haciendo? —Al abrir los ojos a su pregunta, él sonrió, contagiándome de nuevo.
Podía mirar que en lo ojos de Alec había un brillo, no sabía cómo definirlo, pero al ver su sonrisa pude sentir muchas cosas. Y eran sensaciones de una adolescente, de esas que experimentas por primera vez.
De esas que te aterran por ser desconocidas.
—Me estás volviendo loca, Alec —murmuré.
—Nadie ha prohibido que los locos se enamoren. Además, sabemos que la locura es parte de enamorarse.
Enamorarse...
Fruncí el ceño. No. Me alejé de su agarre y eso provocó desconcierto en él.
Sabía que estaba actuando de manera extraña ahora, pero no podíamos decir que yo me enamoraría de él, no estaba lista para volver a sentir eso, no quería enamorarme.

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Sueños rotos [COMPLETA]
RomansaEmmaline Prescott lo tenía todo. Los mejores hermanos del mundo. Dos padres que se aman. Un novio excepcional. También tenía sueños que estarían a punto de cumplirse. Era la mejor bailarina de su clase de ballet. Tenía el pase directo a Juilliard...