Sueños rotos [COMPLETA]

48.

MEDIDAS EXTRAODINARIAS.

***

Solté un jadeo de satisfacción cuando sentí como sus manos comenzaron a tocar partes sensibles de mi cuerpo. Y apreté los ojos con fuerza, también mordí mis labios cuando mordió mi cuello en un acto de reflejo, en serio que esto estaba siendo demasiado caliente. Estaba en llamas en estos momentos.

Con una mano comenzó a quitar todos los botes de pintura que había en una mesa, desesperadamente también ayudé en el proceso. Y así me sentó sobre esta, con mis piernas aun envueltas en su cintura, porque no me quería separar de él, no quería que todo ese fuego que él me estaba transmitiendo dejara de arder.

Una de sus manos comenzó a acariciar mis muslos con lujuria, sus ojos estaban más oscuros y definitivamente ese cabello alborotado estaba volviéndome loca. Yo misma fui quien se deshizo de su camisa mientras que él al mismo tiempo estaba deshaciéndose del sostén, quedé expuesta ante él sin pudor alguno. Sin sentirme cohibida en estos momentos por mi cuerpo, era demasiado claro que no importaba cuanto hubiese cambiado mi cuerpo, yo estaba agradecida por todo porque las cicatrices que ahora tenía eran el recuerdo de lo más hermoso que tenía. Y llevaba por nombre Geraldynn Alissa.

Esa bonita camisa azul marino se podía ir al diablo ahora, yo lo único que quería hacer era arrancársela, y mierda que lo hice, yo esta vez no iba a andar con rodeos, yo lo único que quería era poder estar fusionada con este hombre que me estaba matando los sentidos.

Alec se alejó un poco.

—No quiero lastimarte.

—No —jadeé al sentir su mano bajando desde mi pecho hasta su zona sensible—. No me estás lastimando en lo absoluto.

Una sonrisa traviesa surcó en sus labios y un sonido de satisfacción salió de mis labios de nuevo cuando acarició a través de la tela de mis pantalones. Esta vez aplicó un poco de presión y en serio temía mucho por el desastre que pudiera haber debajo de estos.

Con experiencia se deshizo de mis pantalones junto a mis bragas, suspiré porque en serio estaba sintiendo demasiado bien eso de ser expuesta por él. Se sentía como los viejos tiempos. Y como no, si en lo único que podía pensar en este momento era la lujuria, la pasión y el fuego arder por cada parte de mi cuerpo.

En esta mesa estaba a punto de ocurrir una de las locuras más grandes de mi vida, como si nada, y descaradamente, tomé las orillas de su pantalón y lo atraje más hacia mí, me mordí los labios nuevamente, solo que esta vez al sentirlo tenso, al saber que estaba demasiado contento de verme así ante él. Podía sentir la dureza de Alec contra mi pelvis y sin más metí una de mis manos para acariciar a través del bóxer, sintiéndolo más tenso aun pude acariciar con más descaro cuando lo tenía besándome el cuello con intensidad. Y es que así éramos él y yo; yo lo tocaba y él me mostraba si le estaba gustando o no a través de sus besos.

Me detuve unos segundos antes de seguir con esto, pero tenía que preguntarlo porque si no, no podría seguir.

—¿Qué sucede? —Su mirada se conectó con la mía.

—¿Has estado con alguien más?

Él levantó una ceja y sonrió solo un poco antes de levantar su mano izquierda y mostrarme la argolla plateada que estaba en su dedo anular.

—Soy un hombre casado, no puedo estar con alguien más que no sea mi esposa. Y hasta donde recuerdo, tú eres mi esposa, Emmaline Evans.

No pude contenerlo más y me lancé a sus brazos de nuevo.

En serio que estaba enamorada de este hombre, tanto que lo único que quería era estar en sus brazos para siempre.

Y así sucedió, porque estaba tan pérdida en mis emociones que no lo sentí cuando se deshizo de sus pantalones. Lo tenía desnudo ante mí y justamente ahora agradecía que la mesa nos diera una postura demasiado cómoda para poder hacerlo. Porque así, el parado y yo sobre la mesa pude disfrutar muy bien de la sensación cuando comenzó a rozar su miembro contra mi sensible y húmeda cavidad. De un solo movimiento se adentró y solté un jadeo cuando lo hizo porque después de mucho tiempo esto se sentía tan bien.