Capítulo 8 - Cambio

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El fin de semana pasó tranquilo, nuevamente enfrascada en mis estudios. El domingo, después de llevar todo el día sola en casa, tuve un momento de debilidad en el que casi escribo a Tenten para que me pasase de nuevo toda la información de Naruto, pero recordé que entonces tendría que explicarle por qué lo había borrado todo. Eso y que mi hermana llegó a tiempo.

Hanabi estaba feliz con Konohamaru, hablaba de presentármelo y lo cierto es que yo también tenía curiosidad por ver qué clase de chico se había robado el corazón de mi hermana. En lugar de lanzarle consejos que no escucharía, decidí que ya iba siendo hora de que me enseñase una foto.

-¿Te encuentras bien? -dijo asustada.

-Sí, ¿por qué lo dices?

-Es la primera vez que te interesas de verdad por uno de mis ligues -señalizó.

-Tienes más carácter que yo -suspiré-, tu no te dejarías controlar. Y tampoco creo que frenes a Tenten si quiere partirle la cara.

Sí, yo había impedido que Tenten y Neji destrozasen a Toneri cuando el muy cabrón merecía que le hubiesen triturado los huesos. Sin embargo, mi estúpida cabecita me había impedido consentirlo. Me había hecho daño, pero yo me sentiría culpable si algo malo le pasase. Además, había llegado a un punto en el que me había dado cuenta de que no podía odiarle.

-Konohamaru es consciente de que le abriré la cabeza si hace algo malo -aseguró.

-Así me gusta.

Ella rió y buscó su móvil. Al rato me lo pasó y pude ver a un chico de unos 19 años, como mi hermana, con el pelo algo alborotado y castaño, facciones suaves y unos bonitos ojos azules. Por desgracia, eso me hizo recordar a cierto rubio, aunque los ojos de Konohamaru no eran tan bonitos.

-Debilidad por los ojos azules -murmuré.

-¿Qué has dicho?

-Que es muy guapo -corregí.

Entonces Hanabi me miró y sonrió de medio lado. Ese gesto me puso nerviosa.

-¿Y tú qué tal? -preguntó.

-¿Qué tal qué?

-No te hagas la tonta hermanita, sabes bien a lo que me refiero -repuso aún más sonriente-. ¿Va a haber segunda cita?

¿Cómo sabía...? Luego recordé que Tenten y Kiba estaban compinchados y que era muy probable que mi hermana también estuviera metida en el ajo.

-Sabes que sí -me rendí-. No sé por qué tienes que preguntarme.

-Quiero saber tu opinión de esto.

Oh, oh, se avecinaba interrogatorio.

-¿Qué quieres saber? -ya que no había forma de librarme al menos podía ser colaborativa y que acabase rápido.

-Quiero asegurarme de que no estés haciendo esto para no estar sola.

Ella también había aprendido a ser directa conmigo. Aun así suspiré. Era agotador enfrentarme a esos interrogatorios que se me hacían interminables y mi hermana los usaba a veces para que pudiera abrirme y no consumirme en mis pensamientos.

-No, prefiero la soledad a sentirme como un trapo de nuevo -afirmé-. Kiba es un buen chico y me trata bien.

-Me alegra entonces. ¿Y vais a volver a quedar?

-Hanabi... -la reprendí, pero ella era tan hábil al manipularme que con una sencilla mirada de cachorrito me derretí-. Sabes que sí, no seas aún más cotilla.

-Jajajaja me entero de todo hermanita -maldecí a Tenten en mi mente-. ¿Querrás que te ayude también?

-Vale, pero la ropa la elijo yo esta vez.

Libertad (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora