Capítulo 30 - Impotencia

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El despertador sonó y yo fui a coger el móvil con rapidez, dispuesta a apagarlo, pero al moverme me di cuenta de que la cama estaba vacía. Tan solo estaba yo, desnuda. ¿Acaso lo que pasó anoche fue un sueño? No, no podía serlo, notaba como mi vagina estaba algo dolida y eso solo podía significar una cosa. Entonces, ¿Naruto me había utilizado?

El móvil seguía sonando, cumpliendo su labor de despertador, pero en esos instantes me ponía nerviosa. Lo apagué y lo dejé sobre la mesilla, enfadada. Sí, yo misma había dicho que tal vez solo sexo sería lo mejor, pero mi corazón romántico había cambiado de idea al ver lo bien que habíamos congeniado. Esperaba al menos que se hubiera quedado a despertarse conmigo. 

Me levanté y entonces vi un papel sobre la mesa. Tenía cosas escritas y no era mi letra.

Lo cogí y me dispuse a leerlo.

Buenos días, Hinata, espero que hayas dormido bien. He creído que era mejor que no pasásemos la noche juntos por dos motivos. El primero es que, si nos veían salir de tu habitación, tal vez la gente sospechase algo y ayer ya vimos que ninguno de los dos quería eso. Además, yo tengo que cambiarme de ropa y eso, así que es mejor así. El segundo motivo es que te veías tan sexy e inocente dormida que solo quería despertarte para seguir y ambos necesitamos descansar. Me encantaría quedar de nuevo contigo, así que aquí tienes mi número.

Sonreí cuando acabé de leerla. Me había precipitado demasiado al juzgar a Naruto, pero me había puesto muy nerviosa al no verle. Guardé su número en la agenda y aproveché para mandarle un mensaje a Tenten. Me sentía tan contenta por todo esto que quería gritarlo a los cuatro vientos. 

Fui directa al baño y me duché, dispuesta a quitarme todo el sudor que tenía acumulado después de una noche de pasión. Me vestí con una ropa bastante formal, un conjunto de pantalón y chaqueta combinado con una blusa blanca, y me puse los tacones. La ropa se había arrugado un poco al no haberla colgado del armario, pero nada que me preocupase en exceso. Quizás, era que hoy nada podía cambiar mi buen humor. 

Bajé y me serví un poco de café y unas tostadas del bufet libre que habían preparado como desayuno. Seguía sin ser muy fan del café, pero necesitaba estar despierta. Rin y Obito se sentaron en mi mesa cuando me vieron, preocupados por mi estado de salud. 

-Me encuentro bastante bien -afirmé, sonriente. En ese momento Naruto también apareció en el restaurante del hotel-, he pasado muy buena noche -añadí, con la intención de que me oyera.

Y así fue. Naruto me guiñó un ojo y me sonrió. 

-Me alegro, hoy será un día complicado -suspiró Rin.

Terminé de desayunar y luego fui con Obito, esta vez a una sala un poco más grande. Hoy las cosas se harían en grupos, así que necesitábamos más espacio. Poco a poco, las horas fueron pasando y llegó el momento de la comida. Tuve una idea un tanto loca, pero no sabía qué hacer.

Saqueé el móvil y comencé a escribir:

Hola, soy Hinata. No sé si tienes algún plan para comer, pero tal vez podríamos comer juntos

Su respuesta no se hizo esperar:

Hola, lo siento, pero ya me han dicho unos compañeros de ir con ellos. De todas formas, me alegra que me hayas escrito, así al menos tengo tu número.

Sonreí cuando lo leí. Precisamente ese era el plan B. Guardé el teléfono y fui a comer con Rin y Obito. Me daba la impresión de que estaba haciendo la función de sujetavelas y que incluso les cortaba el rollo, pero ellos se mostraron todo el tiempo muy amables conmigo. 

Libertad (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora