Capítulo 28 - Es una jodida diosa y yo estoy en problemas

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Naruto

Estaba muy nervioso, durante toda la mañana había recorrido el hotel y había aprovechado para visitar el spa, a ver si con eso me relajaba un poco. Parecía haber tenido efecto, pero cuando aquel hombre de la cicatriz me abrió la puerta esos nervios regresaron. Sin embargo, eso no podía compararse a la sorpresa de encontrarme ahí con Hinata. Nos saludamos como si no nos conociéramos, lo cual me dolió por un momento, pero sabía que era mejor para la entrevista. Después de aquello no volvió a mirarme hasta que la forcé a hacerlo cuando me despedí de ella.

Cuando salí del despacho suspiré, aliviado de haber pasado ya por eso. Creía que me había salido bastante bien, pero no estaba seguro. Subí a mi habitación y me quité la ropa, aprovechando para tumbarme en la cama y ver un rato la televisión, pero necesitaba ver a Hinata. Al cabo de una hora volví a vestirme y salí. Según el itinerario, las entrevistas acababan a las siete, así que pensaba estar cerca de su despacho para cuando saliera poder hablar con ella, pero aún era pronto para eso. También era pronto para tomarme un par de copas, pero aún así fui al bar. Sobre las seis y media ya estaba en la puerta de su despacho. No planeaba acercarme tanto, pero quizás el alcohol se me había subido demasiado rápido. Sin embargo, tan solo salió Obito de ahí. Aguardé un poco más, pero no había rastro de ella. No podía preguntar directamente a su compañero, ya que quizás me delataría, así que decidí ir a recepción. Sabía que tampoco debían informar sobre el alojamiento de sus huéspedes, pero conseguí inventarme algo sobre que ella había sido mi novia años atrás y que necesitaba pedirle perdón por muchas cosas. La recepcionista se apiadó de mí y me dio el número de la habitación de Hinata. 

Había llamado a la puerta ya varias veces, pero nadie respondía. Tal vez habría ido a cenar, pero me parecía demasiado pronto. Además, si hubiera sido así la habría visto. Tenía calor, los nervios me estaban traicionando, así que guardé mi corbata en el bolsillo trasero y desabroché algunos botones de mi camisa. Entonces Hinata abrió la puerta, envuelta en ese jodido albornoz que estaba sujeto únicamente por ese lazo. Sonreí ante esa excitante visión. Su piel aún estaba húmeda, lo cual me confirmaba que de verdad no llevaba nada debajo. Debí ser muy obvio con mi mirada, porque ella retrocedió. Yo necesitaba apoyarme en algún sitio, estaba demasiado impresionado de verla así. Volví a recorrerla con la mirada, cerciorándome de que era real. Nunca había visto a una chica tan natural y a la vez sexy. 

-¿Interrumpo algo? -pregunté.

-N... no -titubeó.

-Bien -dije, sonriendo por su reacción-, entonces me gustaría que cenaras conmigo.

Vale, el alcohol me había jugado una mala pasada, ni en sueños habría sido tan lanzado. 

-¿Crees que sería buena idea? -preguntó. Al menos ella era la cuerda de los dos-. Yo soy tu entrevistadora y si al final te contratan la gente podría decir que hubo enchufe.

Eso era cierto, no era buena idea que nos vieran juntos.

-Entonces podemos cenar aquí -propuse, otra vez golpeándome mentalmente por hablar sin pensar-, a no ser que tu tengas algún problema con eso.

Ella dudó.

-Esta bien -dijo, sorprendiéndome-, pero iré a cambiarme.

-Así estás perfecta -susurré, esperando que no me oyera.

-Ja ja -se burló. Parecía que sí me había oído.

Me di media vuelta, intentando que así no se notase lo avergonzado que estaba por eso y cerré la puerta de la habitación. Ella recogió la maleta del suelo y, al agacharse, el albornoz se levantó un poco. Aparté la mirada y respiré hondo. No había llegado a ver nada, pero la sola idea de hacerlo ya que tenía demasiado excitado. Cuando cerró la puerta del baño me permití darme la vuelta. ¿Ahora que se suponía que debía hacer? Miré el teléfono de la habitación y decidí que tal vez debería pedir la cena. No sabía muy bien que le gustaba, pero tampoco me atreví a preguntarle, por lo que pedí un poco de todo, esperando acertar con alguna cosa. Cuando acabé de pedir, Hinata salió del baño. Coloqué el teléfono en su sitio y me di la vuelta.

Libertad (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora