-Yo... -dudé un poco. El argumento de Kushina era bastante bueno, pero no sabía si aceptar su propuesta. Podría ser algo bastante incómodo-. No quisiera molestar.
-No te preocupes, no es molestia ninguna, ¿verdad Naruto?
Le miré, buscando un poco de ayuda. Sin embargo, él parecía divertido con la situación.
-Claro que no -respondió-, puede quedarse todo lo que quiera.
Me entraron ganas de arrancarle todos y cada uno de sus blancos dientes de un puñetazo.
-Ves, no hay problema -continuó Kushina.
-No sé... -dije, pero entonces recordé algo-. Mi hermana me está esperando.
-¿Cuántos años tiene? -preguntó Kushina.
-18 -contesté.
-Ahhhhh, entonces no hay problema, puede cuidarse sola -respondió-. Avisala y te quedas, ¿de acuerdo?
Me iba a arrepentir de esto.
-Vale -accedí.
-¡Genial! -exclamó-. Naruto, ¿puedes ir poniendo la mesa y sacando la comida? -le pidió-. No me mires así, que tú te acabas de levantar y yo vengo de trabajar.
Naruto se tensó al oír eso y fue hacia la cocina. Me hizo gracia su reacción.
-Espera, que te ayudo -dije, mientras escribía a Hanabi y caminaba tras él. Era un mensaje corto, pero tendría que enfrentarme a sus miradas interrogantes después. Tras nuestra conversación mi hermana había sustituido su habitual tercer grado por miradas incómodas que al final acaban teniendo el mismo efecto.
-No hace falta -dijo, sacando un mantel y yendo de nuevo al salón. Me dio igual, le quité el mantel y me dispuse a colocarlo.
Él rió y se fue a la cocina, volviendo con los platos y cubiertos. Esta vez no hubo discusión, los dejó sobre la mesa y volvió a marcharse, sabiendo que los colocaría. Cuando apareció de nuevo ya traía la comida.
-No madre no mide bien a veces y hace comida para 30 -explicó. Destapó el plato, dejando ver una especie de tortilla de hojaldre-. Creo que no sabes lo que es.
Negué con la cabeza, dándole la razón. No me preocupaba, solía comer casi de todo, pero eso era nuevo.
-Se llama quiche -dijo-, lleva jamón York, champiñones y queso. Lo de fuera es hojaldre.
-Tienes buena pinta -y era cierto, todas las cosas que había dicho me gustaban.
Naruto sonrió y nos quedamos mirando el uno al otro. Era curioso como una tarea tan sencilla y tonta como poner la mesa se podía volver interesante a su lado. No había hecho falta hablar, solo con miradas nos habíamos entendido. ¿Y si nos entendíamos igual de bien para otras cosas? Noté como mis mejillas se calentaban y él también se dio cuenta. Alzó una ceja y torció la sonrisa. Si sabía en lo que había pensado me moría.
-Creo que voy a hacer que vengas más a menudo, Hinata -dijo Kushina. Se había cambiado de ropa y llevaba el pelo recogido en una coleta-, normalmente no hace las cosas cuando se lo pido.
Yo reí, agradeciendo que me hubiera sacado de ese momento incómodo.
-Seguro que Naruto se porta bien -dije, sentándome en la mesa. Naruto partió un trozo de quiche y me lo sirvió en el plato.
-Cuando quiere -respondió Kushina, clavando sus curiosos ojos morados en su hijo. Naruto bufó y le sirvió la comida a su madre-. Gracias, hijo.
Naruto se sentó en la mesa y murmuró un "que aproveche" para a continuación comenzar a devorar su plato. Yo hice lo propio con el mío y la verdad es que me sorprendió que estuviera tan rico. Kushina era muy agradable, pero Naruto parecía sentirse incluso más incómodo que yo con esa situación. Su madre estaba contando anécdotas de su infancia y era bastante trasto. La vocecita en mi cabeza me dijo que ahora sabía más cosas de él y que ya no tenía por qué sentirme como una idiota, pero la calle recordándole que estaba con Kiba.
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Libertad (Naruhina AU)
RomanceHinata es una chica que está acabando sus estudios cuando, por un casual, conoce en su trabajo a Naruto, un chico que cumple a la perfección el prototipo de sus fantasías. Sin embargo, ella ha sufrido mucho desde la muerte de su madre y los recuerdo...