Capítulo 12 - Imprevistos

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Sakura me miraba como si nunca lo hubiera hecho. La chica extrovertida que presumía de melena y se dedicaba a enseñarme revistas de moda en los ratos libres había desaparecido completamente o, si quedaba algo de ella, se mantenía oculto. La observé con cuidado, esperando su respuesta, pero nunca llegó.

-Sakura, ¿estás bien? -pregunté de nuevo.

Ella dio un par de pasos hacia mí y se transformó completamente. Parecía que antes había estado en shock.

-Hola, quería hablar con Kurenai -dijo fríamente, ignorando mi pregunta.

-Hoy no está -respondí, intentando imitar su tono frío-, pásate mañana.

-¿No hay forma de llamarla? -la desesperación se asomó durante unos instantes en sus ojos.

-Depende -dije-. ¿Qué necesitas?

-Trabajo -respondió-, no debí haber dejado el café, lo siento.

-No sé si eso será posible -musité. Era verdad, no sabía qué opinaría Kurenai de esto, pero me dolía verla así.

Me recordaba tanto a mí.

-Intentalo, por favor -suplicó.

Mi móvil comenzó a sonar y pude librarme de responderla. Ella hizo una mueca, entendiendo que la conversación había finalizado. Cuando vi el número en la pantalla pensé que Sakura era la persona con más suerte del mundo.

-¿Kurenai? -pregunté, asegurándome de lo que veían mis ojos. Sakura, que ya había comenzado a alejarse del café, se dio la vuelta al escuchar mi voz y el nombre que había pronunciado.

-Si, soy yo -afirmó-. Necesito que me hagas un favor muy gordo.

-¿Qué ocurre? -quise saber, haciéndole un gesto de espera a Sakura. Estaba impaciente por querer hablar con ella.

-Mirai se ha caído en el instituto, nada importante -aclaró-, pero parece que le duele al caminar y tiene el tobillo hinchado. ¿Podréis apañaroslas Shino y tú solos?

-Sí, sin problema -aseguré-, de hecho igual no tenemos que estar solos -añadí.

-¿Por?

-Sakura quiere recuperar su puesto en el café -solté.

A mi lado, la mencionada sonrió de emoción. Al otro lado de la línea, mi jefa suspiró.

-Pásame con ella -pidió.

Le tendí el teléfono a Sakura, la cual captó el mensaje perfectamente. Tan solo le oía decir que sí una y otra vez de distintas maneras. Mientras hablaban me dispuse a abrir la cerradura. Por un lado me gustaba la idea de que hubiese más gente trabajando, pero Sakura no es que fuese la persona más trabajadora del mundo. Al menos me haría compañía, aunque su continuo parloteo a veces resultaba agotador.

-Ha dicho que sí -dijo, ayudándome a levantar las rejas. Para mí era difícil algunas veces, no tenía suficiente fuerza-, aunque estoy en periodo de prueba.

-De acuerdo -respondí, tendiéndole la mano para que me pasase mi móvil.

-Oh, sí, toma -dijo, pasándomelo.

Entramos al café y nos cambiamos en silencio, algo completamente extraño para tratarse de Sakura. Cuando acabamos, Shino estaba esperando fuera. No dijo nada al verla, pero pude ver su ceño fruncirse por encima de las gafas y luego noté su mirada en mí. Simplemente me encogí de hombros, en realidad yo tampoco sabía qué había pasado.

Como era habitual ya, tras colocar las cosas fui al cuarto de empleados y saqué la cámara. No me sentía muy inspirada, pero tenía que seguir avanzando en el trabajo. Tal vez sería buena idea hacerle un par de fotos a la cafetera, ya que a Kurenai le encantaba. Sí, no estaba en mi mejor día, pero era una de las pocas partes de la cafetería que aún no había fotografiado.

Libertad (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora