Capítulo 43 - Investigación

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-¡Qué ilusión! -exclamó Hanabi cuando acabé de contarle todo-. Me alegro mucho por ti.

Llevaba tiempo sin ver a mi hermana y tenía muchas cosas que contarle, por lo que había decidido ir a visitarla. Naruto y yo ni siquiera llevábamos un día juntos, pero yo deseaba gritarlo a los cuatro vientos y sabía que ella estaría feliz por la noticia. También le entusiasmo el que Kushina y Minato nos invitasen a la boda y en cuanto se enteró fue a por su ordenador y empezó a enseñarme vestidos de distintas tiendas de ropa. Solamente pude frenarla soltándole de sopetón que tenía novio, lo cual hizo que me mirase boquiabierta, para luego dar paso a un interrogatorio más insistente que el de Tenten. La dejé que preguntase todo lo que quisiera, ahora no tenía tantos problemas con eso, y me gustaba verla bien. Estaba ya recuperada de todo lo que había pasado y por lo que me contaba Mirai, a la que tenía de confidente en el café, mi hermana había vuelto a ser la de siempre. Me sentía mal por hacerle lo mismo que ella me había hecho a mí y sabía que se enfadaría, al igual que hizo yo, cuando se enterase, pero estaba preocupada y ahora entendía el por qué lo había hecho. A veces había que tomar medidas drásticas para asegurarnos de que los nuestros estaban bien. Sin embargo, yo no era tan insistente como lo fueron ella y Tenten. Más o menos una vez en semana hablaba con Mirai, también interesada en saber de ella y en cómo estaban sus padres, momento que también aprovechaba para preguntarle por Hanabi, por cómo la veía. Ya me había dicho en un par de ocasiones que estaba muy bien y ahora yo lo confirmaba al verla tan sonriente. Se había ganado que dejara de entrometerme.

-Pues ahora con más motivo hay que buscarte algo -insistió Hanabi, retomando la búsqueda en su ordenador.

-No -suspiré, pero sabía que era inútil.

-¡Mira este! -señaló. 

Era bonito, pero llamaron a la puerta y no pude detenerme a observarlo. 

-Ya voy yo -dije levantándome.

Caminé hasta la entrada y abrí la puerta.

-¿Neji?

Mi primo estaba de espaldas y en cuanto me oyó pronunciar su nombre se dio la vuelta. Estaba bastante tenso. Su melena castaña estaba ahora suelta y llevaba gafas de sol.

-¿Está tu padre?

-Hola, ¿qué tal? -dije, siendo sarcástica. Llevaba sin saber de él desde que me llamaron del hospital y ahora tenía la cara de presentarse así sin más en casa. Él alzó una ceja y supe que no estaba para bromas-. No, ¿por?

-Dale esto de mi parte -me tendió un portafolios bastante grande-. Nos vemos -se dio media vuelta y camino hacia la calle, pero entonces se giró y volvió a donde estaba antes. Su abrazo me tomó por sorpresa-. Siento el daño que os he causado a todos -dijo. Su voz me estremeció-. Díselo también a Tenten -me pidió, marchándose.

Me quedé parada en la puerta viendo como se alejaba por la calle. Esto había sido muy extraño. Miré la carpeta, preguntándome qué tenía dentro.

-¿Quién era? -preguntó Hanabi detrás de mí.

-Neji -respondí entrando en casa y cerrando la puerta.

-¿Qué quería? ¿Te ha dado él esa carpeta?

Hanabi era observadora.

-Sí, ha dicho que es para papá.

-Déjasela por ahí -dijo, señalando el mueble de la entrada-, me ha dicho que a las dos llegará a casa.

-Vale -asentí, haciéndole caso. Quería saber qué había, pero era mejor que la abriera primero mi padre, no quería estropear nada por error y que luego fuese algo importante.

Libertad (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora