No sabía muy bien qué me estaba llevando a comportarme así, pero me resultaba divertido ver cómo Naruto se ponía nervioso. Con un gran esfuerzo, conseguí controlar mi vergüenza y soltarme, dejar volar de verdad mis fantasías y divertirme por una noche. Me acomodé mejor en la cama y le invité a que me hiciera compañía. Él volvió a asustarse y yo reí. No obstante, me decepcionó un poco. Esperaba que Naruto no lo dudase tanto y de verdad viniera a por mí, momento en el que yo aprovecharía para sacar todas mis cartas y preguntarle por la mujer pelirroja.
Sin embargo, no fue así.
-Hinata... -dijo, tartamudeando un poco-, yo... creo que deberíamos sentarnos.
Ahora sí estaba decepcionada. Sin embargo, eso también me gustaba. Significaba que intentaba respetarme. Me levanté y le ayudé a colocar el escritorio para que hiciera de mesa, tal y como había sugerido antes. Después, él puso dos sillas junto a la mesa, mientras yo me sentaba de nuevo en la cama, esta vez de una forma un poco más normal.
El ambiente se había quedado tenso, no sabía qué decir, así que hablé de lo primero que se me ocurrió. Mencionar el trabajo tal vez no había sido lo mejor, pero era lo que más reciente teníamos. Aún así, la conversación no duró mucho y me acomodé un poco mejor, cruzando mis piernas. Naruto se levantó entonces y se dirigió a la ventana. Sus nervios habían vuelto, lo notaba. Cuando se quitó la chaqueta pude admirar su espalda, ancha, lo que me indicaba que tenía más Naruto que recorrer con mis manos.
Estaba tan absorta en mis fantasías sexuales que no me di cuenta cuando se dio la vuelta. Mi vergüenza volvió a salir en ese momento y aparté la mirada.
-Hinata, tienes pareja -dijo, sin venir mucho a cuento.
Fruncí el ceño ante ese comentario tan absurdo, hacia mucho tiempo que Kiba y yo lo habíamos dejado, pero me extrañaba más que mencionase eso.
-¿A qué viene eso ahora? -pregunté.
-Pues que no podemos ignorar más esto -dijo-. Te besé y eso no estuvo bien. Tú...
¿Acababa de decir que nuestro beso estuvo mal? Sabía que había dejado de hablar, pero aunque hubiera seguido dándome explicaciones no le habría hecho caso. Que dijera que una de las mejores cosas que me habían pasado en la vida había sido un error me dolió más de lo que estaba dispuesta a admitir. Tal y como mi cabeza me había estado advirtiendo todos estos meses desde que le conocí, Naruto me había dañado con una sola frase. Sin embargo, yo ya sabía lo que era estar en la oscuridad y no pensaba dejarme caer de nuevo.
Cambié de tema totalmente cuando vi la comida. Tenía hambre, así que al menos eso serviría de distracción por el momento. Me senté y no esperé a que Naruto lo hiciera. Cuando me ofreció vino accedí encantada. Tal vez el alcohol me ayudaría a soportar un poco mejor esta cena. Cuando me pasó la copa prácticamente me la bebí entera. Él intentó hablarme en varias ocasiones, pero me negaba a darle conversación. Había vuelto a alzar esa coraza que había creado durante años y sus palabras, ahora amables, no iban a derribarla de nuevo.
-Deberías irte -dije al ver que se terminaba el postre.
-¿Qué pasa? -preguntó, muy confundido.
-Creo que no está bien esto -dije con frialdad.
-¿Hinata?
Me levanté hacia la puerta con la intención de abrirla y obligarle a marcharse, pero él me detuvo. Colocó sus manos en mi cintura e hizo que me sonrojase de nuevo. Mierda, justo en un momento así eso no podía pasarme
-Si crees que no estuvo bien que nos besásemos tal vez deberías de dejar de intentarlo -bufé, apartando sus manos y retomando mi camino. Cuando llegué a la puerta, Naruto me impidió que la abriese-. ¿Quieres parar?
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Libertad (Naruhina AU)
Lãng mạnHinata es una chica que está acabando sus estudios cuando, por un casual, conoce en su trabajo a Naruto, un chico que cumple a la perfección el prototipo de sus fantasías. Sin embargo, ella ha sufrido mucho desde la muerte de su madre y los recuerdo...