Capítulo 11 - Enfado

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Durante el camino desde el autobús hasta mi casa estuve preparándome mentalmente para poder hablar con mi hermana. Sabía que se preocupaban por mí, pero tenía claro que no podía seguir permitiendo que se entrometieran de esa manera en mi vida. Si quería dejar atrás el pasado no podía dejar que me persiguiera a todos lados.

Estaba nerviosa, nunca antes había hecho algo así, pero tenía que conseguir que las cosas avanzasen. Quería que mi hermana comprendiera la situación y me apoyase, que viera que podía cuidar de mí misma.

Antes de llegar, el olor a pasta inundó mis fosas nasales. 

-¡Estoy en casa! -anuncié. 

-Hola -saludó Hanabi. La voz provenía de la cocina y fui hasta allí. Como imaginaba, mi hermana había cocinado y preparado la mesa para las dos-. En breves esto estará listo, si quieres lávate las manos y ahora vienes.

-De acuerdo -dije.

A veces me sentía mal por dejarle cocinar siempre, pero ella era la primera en llegar a casa. Yo me ocupaba de otras cosas, la cena solía prepararla yo, por ejemplo, pero Hanabi se encargaba de la mayoría de las tareas. 

Dejé la mochila en el primer peldaño de la escalera y fui a lavarme las manos. Ya la subiría cuando fuera a mi habitación a estudiar. 

-¿Me vas a contar qué pasó anoche? -preguntó apenas probé el primer bocado.

-No tienes de qué preocuparte -me apresuré a decir, aunque mi hermana parecía más bien enfadada-. La cosas fueron demasiado rápido con Kiba -comencé. No era eso lo que me había hecho sentir así, pero era una manera de empezar.

-No lo entiendo, que te pidiera salir no es malo -comentó, pero su expresión pasó de ser seria a asustada. ¿Cómo sabía lo que había pasado?-. Lo siento mucho -se disculpó.

-¿Qué has hecho, Hanabi? -me enfadé, intuyendo qué era lo que había ocurrido.

-Lo siento, sé que te lo prometí, pero... -Hanabi estaba muy nerviosa, no paraba de morderse el labio-. Tenten me escribió y me contó que rechazaste a Kiba.

-¡Hanabi!

-Lo sé, sé que te prometí no volver a entrometerme en tu vida si tu me contabas las cosas por tu propia voluntad, pero Tenten está muy preocupada.

Era consciente de ello, tenía como diez mensajes suyos sin contestar en el móvil. Seguramente no me había llamado porque estaba en clase, y porque Hanabi ya le había informado de que estaba viva.

-Te pedí que no lo hicieras y no has tardado ni seis horas en incumplirlo -la regañé. Ahora entendía como se sentían Ino y Temari. 

Maldito karma, era una auténtica mierda.

-Te prometo que no le he contado nada de que te encerraste en la habitación ni de lo de esta mañana -dijo prácticamente entre súplicas.

Suspiré, frotando mis sienes con los dedos, apoyando los codos en la mesa y pensando en lo que estaba ocurriendo. Era agotador estar en esta situación. Tenía que explicarle lo que había pasado antes de que esto volviera a suceder. También debía hablar con Tenten, pero estaba demasiado enfadada con ella. Ellas querían que yo avanzase, pero ninguna me dejaba hacerlo al no dejarme espacio. Me tenían entre algodones, protegiéndome de cualquier daño posible y eso no me gustaba. Cuando ellas no estuvieran para amortiguar la caída el golpe iba a ser enorme.

-¿Hinata? -me llamó Hanabi, preocupada al ver que no respondía.

-Lo de Kiba no fue lo que me hizo estar así -comencé.

Libertad (Naruhina AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora