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—Sí que puedo—reí—Dale acostate pesado.

—Bueno dale—suspiró—Buenas noches, soña con el lindo de tu novio osea yo.

—Acostate ya—lo pellizque.

—¡Ah Belén!—se quejó y me agarró de la mano—No hacía falta que hicieras eso, maldita.

—Bueno entonces cállate y dormi, son las 5 de la mañana, Nacho—contesté cansada.

—Bueno, perdón—hizo una pausa—Belu.

—¿Qué querés?—pregunté lo más tranquila posible.

—Te amo enojona—beso mi cabeza y me abrazo más fuerte.

—Yo más lindo—contesté sonriendo.

• • •

Me levanté y me cambie, bajé directamente a la cocina. Empecé a preparar las tortas fritas y a calentar la pava.

A la media hora más o menos bajo mi mama con Leandro.

—Hola—saludé sonriente.

—Buen día Belu—habló mi mama refregandose los ojos.

—Buen día—le siguió Leandro.

—Lo prometido es deuda—señalé la mesa con el desayuno.

—Ya veo que lo que decís, lo cumplís—rió, sonreí y le hice una seña para que se sentará.

—Che Belu—me llamó mi mama. Me giré para verla e hice un movimiento con la cabeza para que siga hablando.

—¿Ignacio? ¿Se fue?—preguntó con el ceño fruncido.

—Esta arriba, durmiendo—respondí, par de segundos después entró Nacho por la puerta con una cara de dormido.

—Emm hola, buen día—saludó sonriendo y se acercó a mi para darme un beso.

—Hola mi amor—le dije entre el beso.

Se apartó y fue a saludar a mi mamá con un beso en el cachete y a Leandro con el típico saludo de hombres.

—Leandro, un gusto—sonrió el acompañante de mi mamá.

—Ignacio pero decime Nacho—lo miro sin ninguna expresión.

—Bueno ¿Desayunamos?—preguntó mi progenitora mirándonos. Asentimos y nos sentamos.

—Que onda, ¿Son novios?—cuestionó el acompañante de mi mamá.

—Sí—respondí sonriendo.

—¿Y hace cuanto andan?—volvio a preguntar.

—Hace dos semanas nos pusimos de novios, pero hace 5 meses nos conocemos—esta vez respondió Nacho agarrándome de la mano.

—¿5 meses ya?—pregunté con los ojos bien abiertos.

—Si Be—respondío mirándome y sonriendome.

—Que bueno, me alegro por los dos—comentó Leandro con una sonrisa bien amplia, asentí en forma de agradecimiento—Me comentó tu mama que en nada te vas a vivir a Buenos Aires.

—Ah si, conseguí trabajo allá—hice una pausa—Aparte de todo, tengo a mi familia, mi novio y mis amigos alla.

—Ah re bien entonces, como te manejas eh—rió haciéndome reír también.

—Si bastante, voy a alquilar un depa y ya el año que viene, va una amiga a vivir conmigo—informé con una sonrisa.

El desayuno se hizo agradable, Leandro nos hablaba plácidamente de su trabajo, de los viajes que había hecho y las experiencias en ellos entre otras cosas, por parte de Nacho no salió ni una palabra, estaba serio y mirando fijamente a Leandro.

Terminamos de desayunar y nos fuimos arriba con Nacho, se tiró en la cama y yo lo quede mirando de brazos cruzados.

—¿Me podes explicar que te pasa?—pregunté con el ceño fruncido.

la hermana de dam ; eckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora