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—Si Belu quiere, obvio—me sonrío y me miraron los tres.

—Obvio que quiere, ¿o no?—cuestionó mi papá.

—¿Ahora decidís por mi? ¿Y si yo no quiero que se quede Ecko qué? ¿Lo tengo que decir solo porque te complace a vos?—levanté el tono de voz y me paré.

—Eu no le hables asi a papá, pendeja.

—Callate que el tema no es con vos, Damián—hice una pausa y lo mire a mi papá—Pero si a vos te complace, dale, que se quede. Total lo que piense yo te re chupa un huevo con tal de que Damián este de acuerdo con vos—contesté yéndome de la cocina y acto seguido subiendo las escaleras.

Sentí los pasos de Ignacio atrás de los míos intentaba alcanzarme pero no podía. Una vez entre en mi pieza, me tiré en la cama.

—Eu—susurró mi ex desde la puerta.

—Andate, quiero estar sola—contesté con la voz entrecortada.

—No te voy a dejar sola, quiero estar con vos y consolarte—explicó mientras se acercaba tímidamente.

—Yo no quiero que me consueles, Ignacio. Puedo sola—lo miré.

—Siempre tan complicada vos—rió—Dejame ayudarte, Be—pusó una mano en mi pierna.

Lo miré con los ojos rojos y aguosos, al par de segundos no tarde en lanzarme a los brazos de Ignacio.

—Ya está, hermosa. Tranquilizate—susurró mientras hacía dibujitos en mi espalda.

—¿Por qué siempre tiene que estar de parte de el? ¿Qué yo no cuento?—pregunté entre sollozos.

—No digas eso Be, claro que contas—dijo agarrándome de los cachetes y mirándome fijamente.

—¿Por qué me cuerneaste así?—solté mientras manteniamos un juego de miradas.

—No creo que sea un buen momento para hablar de eso.

—Decime, no me va a molestar si decís que no me querías.

—Eu no, eso sí que no lo digas. Yo no te cuernee por eso, es más no tuvo nada que ver.

—Y bueno contamelo—lo miré y subí los hombros.

—Ahora no, tenes que descansar—se levantó.

—Nacho...—dije casi inaudible.

—¿Qué?—preguntó mientras se giraba para mirame.

—Quedate conmigo—hice una pausa—Por favor.

Me dedico una sonrisa y se acercó de nuevo a la cama. Se acostó acto seguido apague la luz y nos tapamos, en un abrir y cerrar de ojos sentí su brazo izquierdo en mi cintura.

—Siempre voy a estar para vos, aunque las cosas estén mal, siempre voy a estar, ¿Escuchaste?—susurró en mi oido.

Asentí un par de veces y me dí la vuelta para tenerlo cara a cara, apoyé mi cabeza en su pecho y abracé su torso. El paso una mano por mi cintura y con la otra me hacía caricias en el pelo.

Si Nacho seguía haciendo eso no iba a tardar mucho en caer y eso hice pero antes de dormirme habló.

—Te amo mucho—dijo dando un beso dulce en mi frente no pude evitar sonreír ante tales palabras.

Al día siguiente me desperté por lo rayos de sol que entraban por mi ventana, me levanté y bajé a la cocina.

Había un desayuno y justo al lado una nota, mi papá.

Perdón por precionarte ayer con lo de Nacho, se me olvida que ya no estás con el, perdón. Se que últimamente me estoy portando horrible con vos, por eso te preparé el desayuno gordita lechona.  Pan con manteca y azúcar mas la chocolatada como te gusta a vos, te pido perdón otra vez y no te olvides nunca que te quiero, que sos mi chiquilina y siempre voy a querer lo mejor para vos.

No pude evitar sonreír, mi papá me conocía bastante bien para lo poco que había convivido con el.

Porque después de lo de Ignacio me volví a Córdoba con mi mamá por un par de meses obviamente venía a visitar a mi papá y a mi hermano pero no era lo mismo unas vacaciones que convivir.

Terminé de desayunar, lavé las cosas y volví a subir a mi pieza.

—La puta madre Nacho.—dije tapandome los ojos y dándome la vuelta.

—¿Te asustaste de verme así?—preguntó divertido.

—Alta vergüenza—contesté de espaldas todavia.

—Que te haces si me viste desnudo mil veces—rió.

—¿Terminaste?—pregunté cambiando de tema.

—Sí, date la vuelta—habló casi riendo.

Me di la vuelta y seguía desnudo, —Sos un pelotudo, ponete el calzón aunque sea, tarado.

—Ya está, enojona—susurró riendo dándome un beso en el cuello, mire de reojo para abajo para ver si era verdad lo que estaba diciendo y lo era.

—Callate pervertido de mierda.

—Con vos solo—río y me iba dar otro beso cuando empezó a sonar mi celular avisandome que me habian llegado un par de mensajes para ser concretos, Benjamín.

Benja💙 : Buen día hermosa.
Benja💙 : Te pinta salir a comer algo?
Benja💙 : Te paso a buscar por tu casa.

Tenía la cabeza de Nacho en mi hombro leyendo los mensajes, en un rápido movimiento agarró el celular y salió corriendo había el baño.

—¡Dame el celular!—grité desde el otro lado de la puerta.

—No, tengo que hablar un par de cosas con Benjamin—explicó riendo.

—¿Qué tipo de cosas?—pregunté curiosa.

—Ya verás—rió y escuche que puso para hacer una nota de audio.

la hermana de dam ; eckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora