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Nos levantamos, abrí la puerta y ahí me lo encontré...Leandro.

—Hola Belu, los venía a avisar que nos vamos a comer—hizo una pausa—¿Quieren venir?

Mire a Nacho y este estaba serio no tenía ninguna expresión en la cara, eso quería decir que era un no rotundo. Volví a poner la mirada en Leandro y este me miraba con una sonrisa.

—Emm no, gracias, lo que pasa es que ahora con Nacho vamos a salir a dar una vuelta—expliqué con un intento de sonrisa.

—Bueno, cualquier cosa si se quieren venir le escribís a tu mama y van que no hay problema—hizo una seña.

—Dale, lo tenemos en cuenta—sonreí haciendolo sonreír a él, miro a Nacho sonriente y se dio la vuelta para irse. Me giré y me acerqué a Ecko, sabia que estaba enojado—¿Vamos?—lo agarré de los cachetes y le di un corto beso en la comisura de los labios.

—Dale vamos—hizo un intento de sonrisa.

—¿Qué querés hacer?—pregunté una vez ya estábamos fuera de mi casa.

—¿Te pinta ir a comer con los chicos? Seven se consiguió novia y quiere presentarnosla a Khea y a mi.

—¡¿En serio?!—grité, asintió riendo—Me re pinta, vamos.

Agarramos el auto y al cabo de unos 20 minutos llegamos al hotel donde se quedaban los chicos y subimos a la habitación.

—Hola nena—me saludo Khea.

—Hola pendejo, ¿Mi amiga no viene?—pregunté con el ceño fruncido.

—¿Julieta?—preguntó confundido, asentí—Sí, pero viene más tarde.

Asentí en forma de respuesta y apareció Seven con una sonrisa.

—Hola bebeta—dijo mientras me daba un beso en el cachete.

—Hola siete, ¿que onda con la piba?—lo miré divertida.

—¿Ya te enteraste?—pregunto y se dio la vuelta—¡Ecko le quería contar yo, pelotudo!

Reí.

—¡Tarde!—gritó este, Joaquín se giró para poder verme otra vez.

—¿Dónde mierda se metió tu novio?—susurró—¿Esta cagando?

Me empecé a reír ante el comentario de Joaquín haciendolo reír.

—¿Te acordas cuando fuimos al boliche esa vez? ¿Que me puse a bailar con una piba morocha?—cuestionó mirándome fijamente.

—Si obvio que me acuerdo, ¿que paso con ella?—pregunté con el ceño fruncido.

—Ella es mi novia—dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿En serio? Qué lindo—grité y lo abracé fuerte.

• • •

Estabamos en el balcón sentados y tomando todos hasta que tocaron la puerta de la casa.

—¡Yo no voy!—gritó mi amiga, a lo que la mayoría acotó lo mismo.

—Dale, anda amor—anunció mi novio, bufé y me levanté.

Abrí y me encontré con una morocha de ojos mieles, supuse que era la novia de Seven.

—Hola—me saludó sonriente.

—Hola—dije dándole un beso en el cachete.

—¿Vos sos...

la hermana de dam ; eckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora