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3 de Febrero de 2018
Buenos Aires, Argentina.

—Belu, te andan buscando afuera—me llamó Lucía mi compañera de trabajo.

—¿Quién?—pregunté con el ceño fruncido y levantándome.

—Benja—contestó revoleando los ojos.

—¿Benja?—pregunté con el ceño fruncido, ella asintió—Bueno—empecé a caminar hasta la caja y ahí estaba el castaño con ojitos miel.

—Hola linda—habló tiernamente y me dió un corto beso.

—Hola Benja, ¿que pasó?—pregunté preocupada.

—Nada, quería verte—hizo una pausa—¿Tenes algo que hacer más tarde?

—Emm no, creo que no—contesté dudosa.

—¿Te pinta ir a la plaza con unos amigos?—preguntó con una sonrisa.

—Mmm, bueno dale. ¿A que hora?—cuestioné mirándolo.

—Cuando salgas de trabajar pásate por la Rivadavia ya de seguro vamos a estar ahí.

—Bueno, nos vemos en un rato entonces—contesté sonriente, este asintió y se despidió.

Conocí a Benja en una joda de Lombardo, 4 meses después de lo Ecko. No estamos de novios ni nada solo chapamos y alguna que otra vez cogemos pero nada más.

Me dí la vuelta y fui a la cocina para seguir trabajando, si trabajo en una cocina y para ser concretos en la del McDonald's.

—¿Y? ¿Qué pasó?—preguntó Luci.

—Nada, me invitó a la plaza con los amigos—contesté rodando los ojos.

—¿Y te vino a avisar en persona en vez de hacerlo por el celu?—preguntó con el ceño fruncido.

—Si, me quería ver—respondí subiendo los hombros.

—Ay, la quería ver—dijo con voz de nenita y poniéndose las manos en los cachetes—Que tierno el Benja.

Blanqueé los ojos y me puse a trabajar.

Después de 3 horas de trabajo sin descanso, acabé todos los pedidos y me puse a limpiar mi zona de trabajo.

—Luci—la llamé y ella se giró para verme—Me voy a cambiar, ya terminó mi turno—expliqué y ella asintió.

Me fui al baño con mi mochila para cambiarme y arreglarme un poco. Me pusé un jean de tiro alto, un top de mangas largas y unas zapatillas a juego.

Me maquillé lo básico, un poco de rimel y brillito en los labios. Agarré mi celu para avisarle a Benja.

Beluu💗 : Benja, ya terminé mi turno en 10 estoy en la plaza.

Bloqueé el celu y guardé todo otra vez, agarré mi campera y salí.

—Chau Luci—me despedí tirando un beso.

—Chau Belu, nos vemos el lunes—saludó con una sonrisa.

Salí, el frío impacto en mi pecho y en la cara, no lo pensé ni dos veces y me abroché la campera.

Empecé a caminar rumbo a la plaza Rivadavia ya que la tenía bastante cerca como para tomar un bondi.

A los 5 minutos ya había llegado y visualice a un grupo de chicos, supuse que era Benja asique me acerqué y estaba en lo cierto.

Lo acompañaban dos chicos más que a uno de ellos, lo conocía.

—Hola—saludé con una sonrisa y me acerqué uno por uno para darles un beso en cachete.

—Hola Belu, ¿todo bien?—habló Santino el mejor amigo de Benja, este era al que conocía.

—Hola Santi, si todo bien. ¿Vos?—pregunté mirándolo.

—Bien—se limitó a responder con una sonrisa a lo que yo sé la respondí y desvíe la miraba al chico que no conocía.

—Soy Mateo—dijo riendo un poco.

—Yo Be...—me interrumpió.

—Si ya sé. Benja no para de hablar de vos—volvió a reir, reí un poco y miré a Benja, este fulminaba a Mateo con la mirada.

—¿Ah si? ¿Y que dijo?—pregunté con una sonrisa.

—Que sos buena onda, muy linda y que eras...

—Basta Mateo—gritó enojado y me miro—Vení, sentate—dijo dándole golpecitos al suelo.

Me saque la mochila y me senté a su lado, este me abrazo fuerte y me dio un beso en la cabeza.

—Bueno, pero me falta decir una cosa todavía—rió.

—No, no te falta decir nada—contestó Benja cortante—En un rato viene un amigo—dijo mirándome.

—¿Y por qué me decís a mi?—pregunté riendo.

—Te aviso no más, que mala onda—contestó revoleando los ojos.

—No hace falta que me avises, son tus amigos—remarqué el tus y levanté los hombros.

—Bueno, perdón—susurró y se acercó para darme un beso cortito.

Estuvimos escabiando y hablando de temas variados, de vez en cuando Mateo soltaba alguna que otra jodita para que Benja se enojará y lo mejor es que lo conseguía.

—¿Qué hora es?—pregunté más tranquila ya que Mateo había contado un chiste malísimo y me tenté.

Benja levantó la manga de su campera para mirar la hora, —Son las once y media.

—Uh, es re tarde. Me voy a ir yendo—hablé mientras me levantaba y me sacudía la ropa.

—Quedate un rato Belu—insistió Mateo.

—No puedo, mañana tengo que ir a ayudar a mi papá—revoleé los ojos.

—Bueno linda—hizo puchero y rió al ver la cara de Benja.

—Cortala Mateo—habló con cara de orto.

—Te quiero amigo—dijo riendo.

Agarré mi mochila y me acerqué a Santino y a Mateo para darles un beso en el cachete y después a Benja para darle uno chiquito en la comisura de los labios.

—Hola nenes—saludó una voz bastante conocida, desvié mi mirada y me encontré a quien menos me quería encontrar.

la hermana de dam ; eckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora