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—Un año—soltó derrepente, yo volví a girar mi cabeza para poder mirarlo con el ceño fruncido.

—¿Un año de qué?—pregunté confundida.

—De que terninamos—me miró con una sonrisa triste.

Y entonces caí, hoy era 15 de febrero, ya había pasado un año de esa vez que me encontré a Nacho encamado con la ex. Me quedé callada no sabía que responderle.

—Te extraño mucho—susurró y después de un par de segundos me miró tenía los ojos cristalinos—Ahora que estamos aca me hace acordar al día que nos conocimos—soltó un intento de risa y recordé esa noche.

° ° °

—Son lindas—dijo el pibe que estaba sentado enfrente mio.

Yo lo seguí mirando sin decir una palabra, era un pibe con unos ojos oscuros, labios carnosos, piercing en la nariz y un arito en la oreja, el vió que no contestaba y volvió a hablar.

—Las estrellas digo—dijo mientras miraba el cielo—Aunque vos...—no lo dejé de terminar de hablar.

—Sí, son muy lindas—dije con una sonrisa—Me encantaba estar aca de chiquita.

—Vos también sos muy linda—dijo mientras me miraba—¿Cómo te llamas?

—Me-me llamo Belén—contesté nerviosa y sonrojada por el comentario que había dicho.

Era raro que estuviera nerviosa había estado con bastantes pibes y no era de ponerme asi mucho menos colorada.

—Bueno Belén, ¿sabías que sos más linda cuando te pones como un tomatito?—rió un poco y me avergoncé más.

—Ay pará—lo reté y le dí un golpe en el hombro haciéndolo reír—Me llamar Belu si querés.

—Bueno, yo me llamo Ignacio pero me podes decir Nacho—contestó sonriente.

° ° °

Ahí ese 2 de septiembre empezó todo.

Me ponía más mal que a Nacho aunque no lo pareciera, yo seguía siendo aquella nena de diecisiete años, bueno de dieciocho con el corazón roto en mil pedazos por el mejor amigo de su hermano.

—Yo también te extraño—solté después de un par segundos y lo miré. El sonrío un poco y se acercó con los brazos abiertos.

No quería que me abrazara porque sabía que me iba a largar a llorar y era lo que menos qieria pero cuando ya quise acordar el ya tenía sus brazos rodeados por mi espalda y tirandome hacia el para tener más cercanía.

Las lágrimas salieron sin yo pensarlo y me maldije por eso, no quiera llorar por esto y menos en frente de Nacho.

Y entonces paso me anime a pregúntarle lo siguiente.

—¿Por qué te tuviste que mandar esa cagada? Estabamos tan bien juntos Nacho—dije entre sollozos.

—Belén...—susurró mientras acariciaba mi espalda.

—¿Qué hice mal para que te fueras con ella? ¿No soy suficiente para el nuevo y famoso Ecko?—dije mientras me separaba de su pecho y mirándolo fijamente a los ojos.

—Ya te dije que no es por tu culpa—rodó los ojos.

—¿Y entonces porque lo hiciste?—hablé pasandome la mano por la cara para sacar las lágrimas que corrían por mis mejillas.

El no me respondió, su mirada estaba enfocada en el piso.

—Perdoname por ser solo la hermana chiquita de tu mejor amigo y no ser una bailarina o modelo que está buena, ¿sabes?

—Belén..—susurró de nuevo.

—¡Belén qué! ¡Contestame Nacho! Quiero saber, así decido si te sigo esperando como una tarada o me voy otra vez.

—Me amenazaron—se limitó a responder, tome mi compostura y lo mire seria.

—¿Qué te amenazaron? ¿Vos me estás jodiendo? ¿Justificas tus cuernos con una amenaza? Sos increíble, Ignacio—me levanté.

—Ves, que no confías en mi.

—¿Y por qué tengo que hacerlo?

—Porque te estoy diciendo la verdad y porque te quiero.

—Las palabras se las lleva el viento Nacho, necesito que me lo demuestres con hechos no con palabras—sentencié y empecé a caminar para irme a mi casa.

No iba a estar en la joda así, no otra vez, y esa era la mejor y la única opción que tenía. Después de estar caminando 15 minutos llegue a mi casa y subí las escaleras a mil.

Mi papá me habia hablado diciendo lo típico "¿Como te fue la joda? ¿por qué venis tan temprano? ¿Qué te paso?"

Lo ignoré completamente no queria hablar del tema y menos con mi papá, porque sabia que iba a acabar más mal de lo que estaba mi relación con Nacho y tampoco quería que mi hermano saliese perjudicado.

Me fui al baño a sacarme lo poco que me quedaba de maquillaje y a pegarme una corta ducha para aunque sea relajarme un poco.

—Be—tocó la puerta un par de veces—¿Que paso hija? ¿Qué te hicieron?

—Nada pa, me duele la cabeza no más—grité desde la ducha, rezando para que no siga preguntándome.

—¿Querés que te traiga algo para tomar o de comer?—salí de la ducha y me enrosque la toalla en todo el cuerpo para después abrir la puerta y observar a mi papá.

—No, gracias viejito—hice un intento de sonrisa—Estoy cansada y tengo sueño.

—Bueno, cualquier cosa me decís, ¿cuchaste?—me miró a lo que yo asentí para despreocuparlo.

Una vez terminó de decir esas palabras, salió de la pieza. Acto seguido me tumbe en la cama, me acomodé y prendí la televisión.

Estaba tranquilamente mirando los dibujitos hasta que empecé a escuchar un ruidito desde mi ventana, al principio decidí ignorarlo pero el ruidito seguía y seguía.

Cansada de escucharlo me levanté para ver que era lo que hacía ese ruido, una vez me asomé.

—¡La puta madre!—grité a pleno pulmón.

Escuché los pasos rápidos de mi papá pero fui corriendo a la puerta para trabarla así no entraba.

—¡¿Belén estás bien?! ¡¿Hija por qué no se abre la puerta?!

—Si pa...—paré de hablar cuando sentí unas manos en mi cintura y un beso en mi cuello.

—¡Pa que Belén! ¡Contesta!

—Si, estoy bien. Lo que pasa es que estaba viendo la tele y apareció una cosa de miedo y bueno me asusté—expliqué mientras escuchaba la risita de la personita que me tenía abrazada, le dí un codazo y seguí hablando—Y lo de que esta trabada, lo pongo por Damián porque ahora tiene la costumbre todas las mañanas de tirarse arriba mio mientras duermo.

—Bueno, ahora entiendo. Estoy abajo mirando una peli cualquier cosa me llamas o lo sea, ¿si?

—Si pa, anda tranquilo.

—Y ojo con lo que hacen eh. Nacho la ciudas porque te cagó a palos—advirtió antes de irse.

—¿Qué?—pregunté alarmada mientras Nacho se reía.

—Anda tranqui, suegrito yo la cuido—contestó riendo.

—Mas te vale—sentenció mi progenitor.

Me giré para mirar al pibe que tenía detrás mio, alcé la ceja, —¿Qué haces aca?

la hermana de dam ; eckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora