-Hey Bieber -saludó mi amigo desde el otro lado del teléfono.
-Kenny -dije en forma de saludo.
-¿Qué puedo hacer por ti, amigo?
-Me jode que me conozcas tan bien tío -me senté en el banco que se encontraba en mi porche.
-Escupe, tengo trabajo.
-Eso mismo quiero pedirte -sonreí, aunque no me pudiese ver, de manera angelical. Sentí como bufó.
-No me esperaba menos. Pero debes saber que puedo tardar un poco en conseguirte lo que quieres...
-Soy tu amigo, tu hermano blanco, tío.
-Veré qué puedo hacer para ponerte el primero en la fila de mis trabajos. Bien, ¿me vas a decir?
-Quiero que investigues a alguien.
-Soy todo oídos -comentó.
-Juan Riveira. Quiero que sepas todo sobre él.
-¿Juan qué?
-Riveira -comenté bufando. ¿Desde cuándo era Kenny sordo?
-Ese nombre... Se me hace conocido. No sé donde mierda lo escuché.
-Me importa una maldita mierda eso, Kenny. Quiero saber dónde vive, qué hace cada segundo y con quién se junta el malnacido.
-¿Te la jugó? -yo negué con la cabeza.
-No.
-¿Entonces?
-Sólo hazlo Kenny, ¿desde cuándo pides tantos datos? Antes sólo lo hacías, sin preguntas.
-Perdóneme señorito por querer saber por qué mi amigo blanco está tan enfadado.
-Maldita sea, ¿cómo sabes que estoy enfadado?
-Oh sí, es normal en ti sentir tanto odio en tus palabras, pero no tanto como hoy.
-Estoy como siempre -moví mi pierna de arriba a abajo nervioso por tanta conversa.
-Claro que no, Bieber.
-Claro que sí, Hamilton -él rió.
-Oh, claro que sí -dijo irónico-. Estás igual que siempre... Por eso me llamaste Hamilton -rió de nuevo.
-No le veo la gracia, imbécil.
-Yo de ti no me insultaría, puedo fácilmente colgarte y dejarte con la maldita duda en tu cabeza.
-Si no fuera tan importante, juro que te colgaría por mí mismo.
-Entonces, es importante -concluyó.
-Sí, es importante, ¿contento? -él hizo un sonido con la boca diciendo que sí y suspiré.
-¿Irás a matarlo también?
-Sí -contesté tranquilo.
-¿Has matado ya a los demás? -gruñí.
-No, aún no, pero que aprovechen lo que les queda de vida porque Bieber está de vuelta.
-Claro -rió con su voz profunda-. Te tendré el trabajo hecho antes de que te des cuenta hermano.
-Gracias tío, te debo... -empecé a recordar todas las que le debía-, muchas, te debo muchas -ambos reímos.
-Sabes que por el tío que salvó la vida de una de mis hijas, puedo hacer lo que él quiera.
-Consígueme una buena puta para esta noche -sonreí.
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La silla eléctrica.
FanfictionMe querían matar, me querían muerto por ser el criminal con más muertes en su expediente. Querían que me fuera directo al infierno por causar tanto dolor. Pero un criminal, también merece una segunda oportunidad ¿no? Al parecer, yo era el único que...