-¿Y dónde se supone que vamos? -preguntó Avery nada más verme entrar por la puerta del Mustang. Sabía que Ryan había estado hablando con ella para tranquilizarla y por lo que pude ver en su cara, sirvió.
-Vamos a la casa de un amigo... -respondí mientras metía la llave para poner en marcha nuestro largo viaje, por lo menos de unas cinco horas.
-¿Y no pondremos en peligro su vida, Justin? -preguntó una preocupada Avery. Toqué mi bolsillo y sentí como un papel se arrugaba en él. Bien, no se me había caído. La miré mientras maniobraba las llantas para salir de aquel desastroso sitio.
-Nena, todos mis amigos están en peligro, por un poco más no pasa nada -le guiñé un ojo y me puse las gafas de sol para que la luz no me molestara-. Además -dije haciendo una pequeña pausa mientras miraba por el retrovisor-, si pasa algo, seremos más para defendernos -sonreí de lado. Vi que no pasaba ningún coche y arranqué de golpe, haciendo que Avery se tuviera que coger de la guantera.
-Si llegamos vivos... -comentó en un susurro y me eché a reír.
-Claro que llegaremos vivos enana -toqué su pelo con cariño y relajó sus hombros. Cerró los ojos y suspiró ante mi tacto, pero enseguida los volvió a abrir y me miró escandalizada.
-¡Mantén tus manos en el volante Justin! -reí y aparté mi mano de su pelo, dejándola descansar en el cambio de marchas.
-Tranquila, Justin está acostumbrado a conducir así y nunca hemos tenido un accidente -comentó desde atrás mi amigo.
-Para todo siempre hay una primera vez -Avery se cruzó de brazos sobre su pecho y miró por la ventana molesta.
-¿Cómo fue tu primera vez? -esa pregunta salió de mi boca sin antes tomarme la molestia de pensarla. Enseguida la morena giró su cara con sus ojos bien abiertos.
-¿Me estás hablando en serio? -preguntó con una pizca de incredibilidad en su voz. Me encogí de hombros, cogí un cigarrillo de la guantera y lo encendí. No creía poder aguantar saber eso sin tener otra cosa que hacer.
-No me gusta que fumes -dijo Avery intentando quitarme el cigarrillo de la boca, pero yo giraba la cara cada vez que lo intentaba.
-Y a mí no me gusta que te vayas del tema -gruñí mientras empezaba a apretar más el acelerador de la rabia que tenía en mi interior. ¿Cómo me iba a imaginar a Avery gozando con otro?
-¿Para qué mierda quieres saber mi primera vez? -levantó sus brazos hacia el cielo y los bajó de golpe, golpeando con estas el asiento de cuero de mi coche.
-¿Simple curiosidad? -pregunté con una ceja levantada-. Responde -dije en una orden.
-Un desastre, ¿contento? -comentó volviendo sus brazos a su pecho y cruzándolos ahí.
-¿Por qué fue un desastre? -pregunté burlándome mientras soltaba el humo blanco de mi cigarro.
-Porque el tío era un desastre -bajó su mirada con una risita-. No sabía ni donde meterla -mis ojos se abrieron y la miré incrédulo. Empecé a reír ahogándome con el humo y encima fui golpeado en el brazo por Avery-. No le veo la gracia, imbécil.
-¡Las malas palabras! -gritó Ryan entre dientes-. Hay un niño también, no sé si lo olvidáis -Avery agachó su cabeza avergonzada mientras susurraba un 'lo siento'. Paré en medio de la carretera no importando quién venía por detrás. Miré a mi amigo con una cara de querer matarlo y lo apunté con mi índice.
-No te atrevas a volver a gritarle a mi chica Ryan. La próxima vez, no soy consecuente de mis actos -Ryan negó con la cabeza y me hizo una seña para que continuara conduciendo. Sin querer traer más peleas, volví a acelerar, haciendo callar a todos esos que pitaban y gritaban cosas desde su ventanillas-. Retomando el tema, ¿cómo coño no sabía donde meterla? -la cara de molestia de Avery me hizo reír.
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La silla eléctrica.
FanfictionMe querían matar, me querían muerto por ser el criminal con más muertes en su expediente. Querían que me fuera directo al infierno por causar tanto dolor. Pero un criminal, también merece una segunda oportunidad ¿no? Al parecer, yo era el único que...