-¡Avery! -grité desde el patio, enseguida ella estuvo en la puerta corrediza de la entrada.
-¿Qué pasa? -preguntó con el ceño fruncido al no ver nada raro por lo que la había llamado.
-¿Sabes que te ves genial mojada, amor? -pregunté con una sonrisa de lado que logró hacerla ruborizar.
-¿A qué viene eso, Justin? -comentó mientras cogía las puntas de su pelo moreno y liso y las enrollaba en su dedo índice, un gesto inocente.
Me senté en el césped mirando como la tarde caía y la puesta del sol se hacía presente en el cielo -Nada, ven a ver conmigo el atardecer-. Comenté palpando el sitio de mi lado en el césped.
-¿Puedo fiarme de ti, Justin? -preguntó con una sonrisa y poco a poco acercándose a donde yo estaba. Se sentó a mi lado mirando mi perfil y enseguida me giré para verla con una hermosa sonrisa en su rostro, sus ojos se iluminaban con el sol y se veían más claros de lo normal, un color verde hermoso.
-¿Aún no te fías de mí? -hice un puchero, acerqué mi cara a la suya y dí un pequeño beso en su frente.
-Sí, pero... ¿es raro? -hizo una mueca con su boca, me encogí de hombros, pasé mi brazo encima de sus hombros e hice que se tumbara conmigo en el suelo. No protestó y apoyó su cabeza en mí mientras yo acariciaba su cabello con la punta de mis dedos-. Que bien se siente esto -dijo ronroneando.
-Tienes razón... ¿es raro? -me miró un segundo y volvió su vista al cielo anaranjado.
-¿Por qué? -preguntó después de dos minutos de silencio.
-Porque yo no soy así -negué con mi cabeza-. Yo no era así, tú me cambiaste.
-¿Por qué dices eso? -me encogí de hombros.
-Yo antes no tenía corazón -me interrumpió.
-Sí tenías, sólo no sabías cómo usarlo.
-Gracias -ella susurró un '¿por qué?'-. Por darme esta oportunidad, no cualquiera se hubiese dado la oportunidad de conocerme . Todos me tienen miedo, y es que el ser humano es el único ser vivo que se mata entre su raza sin ninguna razón... Aveces pienso que somos idiotas -reí y ella negó con una sonrisa.
-Yo también siempre lo pensé, por eso cuando te vi en las noticias pensé que eras el ser más imbécil de los tiempos -empezó a reír a carcajada limpia y me quedé mirando su perfecta cara mientras ésta relucía por su sonrisa.
-¿Sabes que eres preciosa cuando te ríes? -le pregunté y su risa paró, dando paso a unas mejillas sonrojadas.
-¡Justin! -me dio un puñetazo en el pecho que me quitó la respiración por varios segundos-. No me digas esas cosas, que me ilusiono y después acabo mal... -se escondió donde segundos antes me había pegado.
-¿Por qué te puedes ilusionar? Sólo digo la verdad -quité el mechón de pelo que se había colado en su cara y lo dejé detrás de la oreja.
-Es que conmigo eres tan... ¿cariñoso?, y después no puedo creer que seas el mismo que mató a tanta gente... ¿Cómo me lo explico? -me encogí de hombros y volví mi vista al cielo, que poco a poco se iba volviendo más oscuro-. En verdad eres un buen hombre Justin, ¿por qué acabaste así? -masajeé mis ojos con mi mano libre y después la pasé a través de mi cabello.
-Es una larga historia nena, y creo que no querrías escucharla... -sonreí triste sin poder mirarla a los ojos.
-Es hora de conocerte, ¿no te parece? -se acurrucó más a mi lado y suspiré. ¿Era hora de conocerme? ¿Toda la historia?
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La silla eléctrica.
FanfictionMe querían matar, me querían muerto por ser el criminal con más muertes en su expediente. Querían que me fuera directo al infierno por causar tanto dolor. Pero un criminal, también merece una segunda oportunidad ¿no? Al parecer, yo era el único que...