38 ─ Me fui, me fui para no volver

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-¡Justin! -escuchaba a lo lejos-. ¡Justin, ¿estás bien?! -volví a escuchar una voz femenina que aún no lograba saber de quién era-. ¡Justin, ¿me escuchas?!

Yo seguía en estado de shock. No veía nada. No escuchaba nada. También dudaba que seguía vivo... ¿Estaría en el cielo?

-¡Justin! -volví a escuchar esa voz... Y por fin la reconocía. Era Avery moviéndome con toda la fuerza que podía-. Mierda Justin, ¡despierta! -sentí como su voz se rompía. Mi cuerpo hizo caso a su voz y sin pensarlo, mis ojos se abrieron por sí solos.

Me senté de golpe en el suelo. Miré para todos los lados y todavía era de noche. Sentía como me faltaba la respiración. Mi corazón latía fuertemente. Puse mi mano en mi pecho. Seguía vivo. No sabía cómo, pero lo estaba.

Un par de pies descalzos se interpusieron en mi vista al suelo. Unas diez uñas pintadas de rojo hicieron que mi corazón empezara a bombear más sangre. La persona que tenía delante se arrodilló y ahuecó mi cara entre sus manos y me hizo subir la mirada hasta encontrarme con esos bonitos ojos color verde.

Avery seguía viva. Ella estaba conmigo. A mi lado. Empezó a acariciar mis mejillas con sus pulgares mientras una lenta y cariñosa sonrisa se estampó en su perfecta cara. Sus ojos aún estaban un poco húmedos por las lágrimas no derramadas.

-Pensaba que no despertarías nunca... -dijo mientras su respiración era rápida y una pequeña lágrima salió de su lagrimal derecho-. He sentido miedo al pensar que te perdía... -estiré como pude mi mano izquierda, ya que tenía los músculos agarrotados, y borré la pequeña gota salada que corría libremente por su mejilla.

-No... -tuve que carraspear y tragar saliva para poder hablar. Me dolía la garganta. Cuando pude hablar, continué-: No llores... No puedo soportar verte llorando -empecé a respirar rápido de nuevo al pensar... ¿Dónde está Romina?-. ¿Dónde está Romina? -logré preguntar. Vi como su sonrisa se borraba y su cuerpo se ponía tenso.

-Era simplemente un sueño Justin... Nada de lo que sucedió en tu sueño es real -bajó la mirada, miró sus rodillas y apartó sus manos de mí.

¿Un sueño? ¿Todo había sido un jodido sueño? ¿Producto de mi imaginación?

Puse una mano en mi estómago donde “había recibido el disparo”. Nada. Mi carne estaba junta, sin sangre, sin un balazo de por medio.

Miré a mi alrededor y no había ni pista de Romina. Todo estaba oscuro, todo tranquilo. Escuché las voces de mis dos amigos en el salón. Miré la hora del reloj que se encontraba en la pequeña mesita color marrón y marcaba las 23.58h de la noche. Bien, todo había sido una pesadilla.

Suspiré en agradecimiento y me pasé las manos por la cara mientras intentaba tranquilizarme. La miré, y ella apartó su mirada. ¿Qué pasaba? Que yo supiera sólo había tenido una pesadilla. No había hecho nada malo, ¿verdad?

Cogí una de sus manos que estaban apoyadas en sus rodillas para no caerse y le hice perder el equilibrio, haciendo que se cayese en mi regazo, con ambas piernas hacia un lado de mi cuerpo. La rodeé con ambos brazos y hundí mi nariz en su pelo. Sí, esto era real. Estaba con ella. Era ella. Nadie podía igualar el delicioso olor de su piel conjuntada con el coco de mi champú.

-Te quiero -besé su hombro-. Te quiero enana -besé su cuello y después mordí lentamente. Escuché como gemía y juntaba nuestras manos en su cintura. Miró directamente a mis ojos y dijo:

-Yo también te quiero Justin -sus ojos se llenaron de lágrimas. Besé sus párpados cuando los cerró con fuerza, haciendo que las lágrimas salieran.

-Todo está bien, ¿verdad? -sonreí contra su cuello. Ella asintió perdida en el mar de lujuria. Empecé a acariciar su ombligo por debajo de su camiseta en pequeños círculos que cada vez iban más hacia abajo-. Quiero que todo esté bien, que todo vaya bien, pero a veces mi pasado me arrastra Avery...

La silla eléctrica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora