La miré con mi frente fruncida y noté como Avery volteaba su cabeza violentamente dejando caer su mirada de nuevo en ambos.
-¿De qué estás hablando Bella? -pregunté con los ojos a punto de salirse de mis órbitas.
-Lo que oyes, ¿no te acuerdas, Justin? -me acarició las mejillas, estaba a punto de retirarme cuando sentí pasos. Me giré y vi como Avery se alejaba con rapidamente. Miré confundido a mi amiga, la cual, al ver la reacción de mi chica, soltaba carcajadas pequeñas.
-¿Qué has hecho, Bella? -se encogió de hombros, y al ver mi cara de enfado, me miró con los ojos entornados.
-Siempre quieres deshacerte de ellas Justin, siempre es igual. Follas, las intentas dejar, te siguen, tú las matas. Prefiero que no hagas la última, así que las ahuyento.
-¡No por Dios! ¡Ella es mi chica! Ella no es como las demás -dije entre dientes y salí corriendo hacia donde Avery había estado andando a grandes zancadas. Sabía que no tendría que molestarla cuando estaba enfadada, pero si le daba su espacio en este mismo momento, terminaría volviendo a casa o siendo secuestrada. Una de dos.
Corrí por las calles y al fondo vi esa melena hasta la zona baja de la espalda que se movía con el viento. Apresuré mi paso cuando la vi levantar el pulgar hacia un coche que venía por la carretera. Mi ceño se frunció ante ese hecho, pero no dejé de caminar. ¿Qué pensaba hacer ésa mujer? ¿Estaba loca?
Poco a poco el coche negro se fue parando y vi como bajaba la ventana dejando ver a un chico menor que yo por un par de años. Entrecerré los ojos y pude ver perfectamente que ella hablaba con él y éste sonreía como imbécil. Es mía, pensé mientras gruñía y apretaba los puños cuando corría con la máxima velocidad que daban mis piernas.
Avery rodeó el coche, abrió la puerta del copiloto y estaba a punto de entrar cuando llegué.
-Cierra la puta puerta y dirígete ahora mismo a la casa, Avery -dije entre dientes mientras intentaba respirar para apartar de mí el mal humor que me entraba al ver que ella intentaba huir de mí.
-No, no pienso hacer nada de lo que dices Justin. ¡Me traes a la puta casa de tu puta novia! ¿Crees normal eso? ¿Piensas que es lo que hacen todos los...? No sé como llamarlo ni siquiera, no sé qué somos, no sé qué tenemos... ¿En serio Justin? ¿Por qué haces esto? ¿Por qué mientras tienes novia, imbécil?
-No tengo otra novia aparte de ti Avery. Vuelve a casa y déjame explicarte todo, por favor -me miró con duda mientras yo intentaba relajar mi cuerpo, pero hasta que ella no estuviera a mi lado, no sería posible.
-No quiero ir a esa casa Justin -comentó mientras se masajeaba las sienes.
-¡Déjame explicarte Avery! ¡Ven a casa, te explico, y si no quieres, después aún de que te explique, quedarte en esa casa, buscaré un maldito hotel! Pero ven Avery. Te necesito joder -pasé mis manos por la cara.
-¡No me grites Justin, joder! -gritó aún más fuerte de lo que yo lo había hecho. La verdad es que todas las peleas con ella me traían dolor de cabeza gracias a toda la rabia que tenía que guardar para no descargarla toda contra ella porque sabía que me tenía que controlar. Por ella.
-Lo siento Avery... -dije en un susurro mientras miraba el suelo y el dolor en la cabeza hacía toda esta situación mucho menos insoportable. Sentí como la puerta del coche se cerraba y éste arrancaba, dejándome solo. O eso creía hasta que noté unas finas y frías manos acariciarme el pelo mientras juntaba nuestros cuerpos.
-¿Estás bien, cielo? -preguntó intentando apartar mis manos de mi cara. No la dejé, no quería ver luz, eso lo hacía peor-. ¡Vale, haz lo que quieras! -gritó haciéndome gruñir-, ¡ya nos veremos en casa! -volvió a gritar y sentí como sus pasos se alejaban de mí. Aparté mis manos, dejando que mis ojos se acostumbraran al sol después de estar varios minutos tapados con mis manos. Cuando pude ver bien, la vi, tan bonita como siempre alejándose de mí... Pero esta vez dirección a casa.
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La silla eléctrica.
FanfictionMe querían matar, me querían muerto por ser el criminal con más muertes en su expediente. Querían que me fuera directo al infierno por causar tanto dolor. Pero un criminal, también merece una segunda oportunidad ¿no? Al parecer, yo era el único que...