Más allá de lo que se ve

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Ese día Craig no pudo dormir bien, era algo extraño, usualmente su ciclo de sueño era bastante efectivo e incluso pecaba de dormir de más, sin embargo, su mente anduvo dando vueltas mientras el miraba fijamente el techo esperando que Morfeo hiciese su trabajo. Entre el sueño, pero el hecho de que su mente se negaba rotundamente a despejarse el techo blanco comenzó a adquirir tonos verdosos con avellana, de pronto unos ojos con pestañas largas y rubias lo miraban fijamente, viendo a la nada, pero aun así viendo cada pedazo de su alma.

Era jodidamente aterrador... Craig realmente nunca había experimentado aquella sensación, por supuesto que sabía como debía sentirse el terror, lo había leído infinidad de veces, aunque jamás experimentado de primera mano... hasta esa noche.

Se encontró solo en la biblioteca solo con Tweek quien no traía gafas, Craig no iba a negarlo, sus ojos eran hermosos, pero tan aterradores, veían todo de él, absolutamente todo y le provocaba ansiedad.

—Estas vacío— habló el rubio con una voz más grave de la que tiene.

—¿Qué?

Confundido trató de reírse maliciosamente, no podía reírse, no podía hablar estaba paralizado, confundido... aterrado ¿Lo había descubierto?

—Estas tan vacío, no tienes nada dentro Craig Tucker, eres sólo un muñeco roto... das asco.

Agitado, Craig se levantó se sueño respirando pesadamente tratando de calmarse, sintió su corazón golpetear su pecho como nunca lo había hecho, de pronto muy consciente de ese órgano, sin saber cómo, humedad comenzó a caer de sus ojos ¿Estaba llorando? ¿De verdad? ¿Cuántos años habían pasado desde la ultima vez? Esas lágrimas se convirtieron en risas ¡Oh dios! ¡Estaba llorando! ¡Él! Trató de calmarse, lo ultimo que quería es que Clyde fuera a su habitación e hiciera preguntas que ni él mismo podía responder. Después de aquel episodio, durmió profundamente.

"¿Por qué sigo haciendo esto?" se preguntó esa mañana mientras entraba en el tren, oh sí, Craig Tucker estaba tomando el subterráneo otra vez... por ninguna razón en específico, por supuesto, esta vez consiguió un asiento que no era para discapacitados, chasqueó la lengua hasta que vio entrar al diablo: Tweek.

No pudo evitar el escalofrío recordando aquel sueño, sus ojos penetrantes juzgándole, descubriendo cada pequeño secreto que el moreno guardaba, no obstante, cuando el rubio se acerco tiro de su mano llamando la atención.

—Hay un asiento disponible— avisó... simplemente por educación.

—¡Oh! ¡Hola Craig! Gracias que... amable.

—Prefiero que te sientes tú que una vieja gorda.

—¡Hombre! Simplemente podrías haberte quedado callado y yo pensado que eras amable, aunque ya sabía yo que debías tener una doble intención— Tweek meneó la cabeza mientras reía, Craig miró fijamente confundido ¿Por qué demonios el chico le había aparecido tan aterrador en su sueño? ¿Por qué aun sentía esa opresión en el estómago cuando lo miraba? —Mi intuición me dice que hay tensión en el ambiente, dispara que tienes en mente.

—¿Siempre viajas en tren? —preguntó lo más irrelevante que se le ocurrió, pero en realidad después de formular su pregunta si que sintió curiosidad.

—¡Oh no! Realmente comencé a tomarlo hace unas dos semanas, usualmente Stan me recogía y nos íbamos junto con Kyle, pero desde que entro al equipo de atletismo tiene que llegar más temprano, así que ahora voy por mi cuenta.

—¿Te llevas muy bien con ellos?

—¡Claro! Son buenos chicos, cuando eres un discapacitado usualmente la gente te trata... diferente, sin embargo, ellos no, eso me agrada.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora