La vida real

2.7K 534 449
                                    


No iba a mentirse así mismo, no iba a endulzar cosas que no podían ser endulzadas, puede que los nuevos sentimientos trabajaran en él de formas extrañas, puede que incluso nublaran su juicio a través de las cosas, pero no podía negar que las cosas habían sido difíciles.

Difíciles para Tweek.

Habían pasado dos semanas desde la operación, el día de mañana se dirigirían al hospital nuevamente a que se retiraran las vendas y obtuvieran los resultados finales de la operación, saber si Tweek seguiría ciego o podría ver.

La duda causaba estragos en el moreno, pero, sobre todo en Tweek. Desde aquel día que sollozo en los brazos de Craig actuaba diferente, no dejaba de decir que algo estaba mal, que algo se sentía diferente y le asustaba, el moreno sólo podía repetirle lo que el médico le dijo, que la operación había sido exitosa y que tendrían que esperar a que se retiraran las vendas para ver si realmente había un problema.

En el trascurso de los días Tweek dejó de decirlo, Craig creyó que lo estaba asimilando por fin, pero en realidad cayó en cuenta de que se había encerrado en su habitación, sólo salía para fumar, había perdido el apetito, quería estar dormido todo el día, y cuando estaba despierto trataba de evitar a Craig a toda costa.

Tucker realmente no lo entendía, se sentía un poco herido, todo lo que quería era demostrar su apoyo hacia el rubio, pero él parecía sólo estarlo empujando más y más, le dolía ser rechazado de esa manera, aunque luego se decía así mismo que quien la tenía peor era Tweek, que realmente no podía saber que ocurría en su cabeza sino hablaban. Craig sólo quería ser un buen novio y estar ahí para el rubio, pero era tan jodidamente difícil.

Recuperaría la visión, se supone que Tweek debería estar feliz por ello ¿no?

Trató de despejar esos pensamientos en de su cabeza, cuando se dio cuenta que el rubio se hallaba despierto, cubierto de cobijas, pero despierto, oyendo el programa que Craig había sintonizado, Craig caminó con sigilo y se colocó a su lado, acarició sus cabellos, Tweek no se inclinó hacia su caricia como siempre, pero no se alejó, lo que era buena señal.

—Cariño— habló Craig por primera vez, sorprendiéndose así mismo de la tranquilidad que destilaba.

—¿Umh? —respondió el rubio con un monosílabo, señal de que le estaba escuchando, su voz se escuchaba áspera, producto del llanto ¿había llorado?

—Has estado muy callado estos días. Háblame.

—¿De qué sirve hablar Craig? —escupió Tweek, sorprendiendo al moreno ante la rabia de su voz—, si tan sólo vas a pensar que soy un pobre ciego demente.

—Tweek... ¿de donde sacas eso?

—¡Porque no me escuchas, sólo repites lo que dice el doctor! No necesito que me des respuestas Craig, sólo necesito que estés ahí y no estás ahí.

—Tweek... no me lo tomes a mal, pero has estado siendo muy difícil estos días y soy yo el que ha tenido que aguantarlo, soy yo el que esta aquí contigo a pesar de que me tratas como la mierda— objetó el moreno, tratando de mantener la calma.

El rubio simplemente calló, analizando las palabras.

—No te he obligado a estar aquí Craig y esta claro que no puedes entenderme, tú no sabes que siento, tengo miedo, no soy un llorón, pero sé que hay algo mal y la única respuesta ante eso siempre ha sido "Tienes que ser fuerte Tweek"—bufó el rubio—, no lo entienden, no saben lo que es tener que ser fuerte toda tu jodida vida y ahora tú... suenas igual que ellos.

Eso hizo callar al moreno, quizá Tweek tenía razón después de todo, él había luchado mucho, enfrentándose a situaciones adversas una tras otra, podía ser lógico que ahora una más fuera mucho más para él que para otra persona, quizá Craig no lo entendía tan bien como él creía.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora