Propuesta

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Vale, al parecer el mundo estaba en su contra.

O al menos eso creyó Craig al sufrir en carne propia la profunda vergüenza cuando su confesión pasó de ser dirigida de una sola persona a todo el resto del salón.

Craig sintió dos cosas muy contrarias.

Por una parte, cierta liberación en admitirse en una relación. Ahora nadie osaría coquetear con su novio.

Porque, sí, Tweek era su novio, y era maravilloso.

Y, por otro lado, él estaba algo asustado sobre todo los cambios que vendrían ahora que era público.

—Oh, vaya —exclamó Kyle, tratando de aliviar el ambiente—. Pues, felicidades, Craig. Lo cierto es que hacen una gran pareja.

—Oh —el repentino calor en sus mejillas no pasó desapercibido. De hecho, si no llevara el chullo, se podría ver claramente lo coloradas que estaban sus orejas—, gracias.

El moreno podría jurar que incluso su profesor tenía una leve sonrisa en su rostro ante la noticia. 

Por otro lado, Tweek salía de la enfermería pues un dolor punzante en su cabeza y ojos atravesó en medio de la clase. La enfermera le dio un justificativo de ausencia y amablemente le ofreció unas pastillas para el dolor, aconsejándole visitar a su médico.

Tweek sabía que debía hacerlo, pero parte de él no quería.

Su mente trabajaba en ideas locas, insinuando el porqué le invadía tal molestia tan seguido, paranoias que lo llevaban a entrar en un pequeño cuadro ansioso. No obstante, rápidamente trató de empujarlas fuera de sí.

De estar junto a Craig no debía convencerse de que todo era alegría en la vida, ¿verdad?

Felizmente dejó de pensar en ello mientras se encaminaba al salón de su ya mencionado novio.

Ya encontraría una solución más tarde.

Tweek golpeó ansiosamente su bastón entre los pasillos. Ya era el cambio de hora y los estudiantes se relajaban durante esos minutos. Tenía el resto de la tarde libre, así que haría una pequeña visita sorpresa, aprovechando de saludar a Kyle también.

Realmente quería pasar más tiempo con él y Stan, pero la idea de estar con Craig lo entusiasmaba más.

Además, la propuesta que tenía para su querido novio era mucho más tentadora que una noche de amigos.

Sin embargo, apenas Tweek entró al aula se percató de la espesa tensión que emanaba el ambiente. Escuchó pequeños murmullos y chillidos de alguna que otra chica, no fue hasta que se encontró junto al pupitre de Craig y este le dejó un espacio para que se sentase a su lado para darse cuenta de que él era el objeto de todo aquél cuchicheo.

—Craig —susurró el rubio hacia su dirección—. ¿Qué diablos está pasando aquí?

—Accidentalmente terminó confesando a los cuatro vientos que eran novios —respondió Kyle por el moreno, algo que este agradeció.

—¿Quieres decir que todos aquí saben que soy el...—el pecoso bajo la voz dos tonos—, novio de Craig?

—Sip. Por cierto, Tweek, pensé que éramos amigos. ¿Por qué no me lo dijiste?

—No quería que fuera demasiada presión.

—Gracias —habló por primera vez Craig, tomando la mano de Tweek y dándole un apretón cariñoso. Este último sonrió hacia él y devolvió el gesto, entrelazando sus dedos.

Y los vitoreos en el salón no se hicieron esperar.

"Largo día" pensaron ambos.

Una vez terminadas las clases, Tweek y Craig se dirigieron al estacionamiento de estudiantes con el propósito de subir al auto del azabache y poder ir a casa. Sin embargo, el moreno podía ver cómo Tweek se movía de un lado a otro nerviosamente.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora