Lo que sea

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Después de aquel encuentro se despidieron, prometiéndose luego volver a verse, sobra decir que eso tardó un tiempo.

Había pasado un mes después de ello, técnicamente Craig ya había vuelto a convivir con Tweek desde hace dos meses, y aunque nuevamente mantenían el contacto por mensajes, no se habían visto a la cara. Tweek tenía responsabilidades, y Craig había sido buscado por varios institutos, además que cada vez estaba más cerca el fin de semestre.

Era una excusa perfecta ¿No es así?

Lo cierto es que Craig no podía sacarse aquella canción de la cabeza "Te reto a que hagas algo, te estoy esperando, no me culparé" esas palabras, como lo miró cuando lo dijo ¿Qué quería decir? ¿Qué quería que hiciera Craig? A veces el moreno sentía que sólo tenía que tomar una decisión.

Sin embargo, no podía, porque había historia detrás, porque tenía miedo, y sabía que el rubio también, había tantas cosas no dichas, había tantas emociones que no entendían, a decir verdad, Craig se sentía un poco tonto, creyó que siendo amigo de Tweek todo mejoraría y no es que estuviera mal.

Era loco de explicar y muy difícil, no necesitaba a Tweek en su vida, podía vivir sin él feliz, pero quería a Tweek en su vida. Cuando trataba de verbalizar estos pensamientos parecía que no tenían sentido ¿Es acaso nadie entendía a que se refería? ¿Es que acaso ni él entendía?

Así que cuando un chico lo invitó a salir no pudo decir que no, quizá eso era lo que necesitara, tal vez si le diera una oportunidad pudiese ocurrir una conexión, el chico no era apuesto, pero Craig hubiese deseado que fuera rubio. Clyde parecía estar mucho más ilusionado que él, el moreno comenzaba a pensar que quizá forzarse a hacer cosas no estaba bien.

El chico era amable, fue paciente y lo llevó a un lugar bonito, Craig casi lamento el poco interés, la conversación era claramente incómoda, era obvio que el chico se estaba esforzando muchísimo en sacar conversación y por alguna razón el moreno no podía evitar actuar distante, trataba de encontrar algún atractivo, algo, cualquier cosa. Cuando los platos llegaron los chicos se desviaban a su celular en busca de cualquier tema.

El pitido en el teléfono del moreno que señalaba un mensaje lo salvó de algo verdaderamente incómodo, no pudo reprimir su sonrisa cuando vio que el dueño de aquel mensaje era Tweek, esa sonrisa se hizo incluso más amplia cuando vio el contenido, una foto de Stripe más el mensaje sabía que si no lo enviaba ahora no lo haría y es una foto gloriosa.

Stripe estaba dormida panza arriba, casi después de esa siguió otra foto de Tweek jugando con la gata donde se apreciaba su cara más la leyenda ignora mi cara, lo importante es que veas como juega.

No pudo evitar soltar una risita, era lindo, todo eso era lindo.

—¿Todo bien? —aquella voz interrumpió su risa, lo miró y sintió la culpa subir por su espalda.

Ese chico estaba haciendo todo lo posible y él se distraía con la gata de su ex novio y su estúpida linda cara.

—Yo...

Otro mensaje llegó, esta vez era un vídeo, Craig no podía culpar al rubio de los mensajes, jamás le había dicho que estaría ocupado y menos en una cita, además él era el que lo estaba haciendo mal. Craig suspiró sabía que no era justo, debía volver a tener dos dedos de frente.

—¿Craig...?

—En realidad no— confesó—, no puedo hacer esto, lo siento. Eres un buen chico, pero no me van...

—Estuviste con Tweek Tweak todos lo saben ¿Y me dices que no te van los chicos?

—No me va la gente en general, fue una rara excepción, no es justo para ti, toma— le dio un billete que correspondía a lo que ordenó—. Me voy.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora