Diagnóstico

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Estaba oscuro.

Se encontraban afuera, esperando a la ambulancia. Craig había abrigado a Tweek con un suéter y una cobija ligera, mientras que él simplemente llevaba una sudadera.

A pesar de la ansiedad que comenzaba a consumirlo, guardó la calma para no alterar a Tweek.

De todos modos, la ambulancia había llegado en cuestión de minutos y Craig lo agradeció infinitamente.

Sujetando al rubio con fuerza, el azabache trató de llevar a Tweek adentro del vehículo, haciéndole saber que estaría a su lado. Ante los sollozos del rubio, los paramédicos lo observaron con sorpresa, ayudando al azabache a sentar a Tweek dentro de la cabina.

—¿Qué sucede? —preguntó uno de ellos.

—Él es ciego, pero sus ojos están muy irritados y tienen derrames. Despertó gritando de dolor —contestó Craig por el rubio, ya que parecía incapaz de formar una sola oración.

El encargado asintió para luego dirigirse a Tweek, se posicionó frente a él usando un guante de goma y abrió el ojo del chico para examinarlo, haciendo que este se encogiera de dolor.

—Sé que duele, pero debo revisar para tener un tentativo a lo que te ocurre cuando lleguemos a urgencias —explicó mientras que, con un aparato el cual Craig desconocía su nombre, miraba hacia el ojo y lo iluminaba con una linterna—. Parece que es una infección, pero no podría saber claramente de qué, la córnea se ve bastante dañada. No sé si es debido a la ceguera o a la infección...

—¿Eso qué quiere decir? —Tweek tartamudeó en nervios, el paramédico sonrió de manera tranquilizadora a pesar de que el chico no lo vería.

—No puedo decir nada aún, pero creo que llamaron a tiempo.

Craig rogaba para que fuera así, mientras apretaba cariñosamente la mano de su novio.

Todo estaba ocurriendo de manera fugaz a su alrededor, mientras que Craig la sentía tan lenta, como si fuera el espectador de una película. Mientras todos se movían a grandes velocidades él sólo se podía quedar contemplando a una velocidad promedio.

Se sentía... Extraño, no podía definir cuál era el sentimiento que experimentaba.

Su corazón latía desbocado, pero no como aquellas veces en las que Tweek lo tocaba y sus latidos aumentaban así en respuesta, desbordando pasión. No, esto era brutalmente diferente.

El hueco en la boca del estómago se sentía apretado, doloroso. Su frente palpitaba, podía percibir el sudor recorrer sobre ella, sintiendo un desagradable y repentino calor abrazador en un lugar que no era todo lo contrario.

Contrólate.

No era el momento para perderse en esa cadena de nuevas emociones. No, no ahora que Tweek estaba así.

Tweek.

El sólo pensamiento acerca de él le provocaba tanta preocupación, junto a un malestar que Craig jamás había experimentado antes.

Como náuseas con estómago vacío.

Con largas respiraciones profundas, justo como Tweek le había enseñado el día anterior, trató de tranquilizarse así mismo para ir junto a la enfermera.

Habían llevado a Tweek en una camilla de emergencia con el oftalmólogo y el neurólogo. Fue tan rápido que Craig se desorientó por unos momentos, ahora que por fin había ubicado la sala se encontraría con su novio.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora