Pijamada

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Craig no podía mentir, Tweek se había lucido en el aspecto culinario, como buen estudiante universitario el moreno no recuerda cuándo fue la ultima vez que tuvo una comida casera decente, pues bien, el día de hoy la había tenido. Ambos comieron en silencio, cada uno muy enfocado en sus propios platos, o quizá fuera la dificultad para ambos de empezar una conversación en aquella situación.

—Eh, gracias por la comida— comentó Craig rompiendo el silencio, Tweek asintió mientras el moreno revisaba la hora en su celular, rápidamente habían pasado a ser las 19:00 al parecer la limpieza le había llevado más de lo que pensó— Creo que debería irme ya, espero que te sientas mejor.

Tucker se dispuso a pararse para dirigirse hacia la puerta principal, pero una mano lo detuvo agarrando su muñeca, si bien no con agresividad si con la fuerza suficiente para retenerlo, el moreno miró sorprendido a Tweek que tenía el rostro sonrojado y una expresión llena de determinación.

—Es tarde— murmuró el rubio— podrías... ya sabes... quedarte esta noche, si quisieras.

—Yo...— ¿Qué se supone que se hiciera en aquella situación? ¿Qué era lo que estaba insinuando Tweek con esa invitación? ¿Sería una simple invitación a dormir o... algo más? —¿No crees que te estas precipitando?

—¿Qué? —exclamó el rubio con confusión para después de unos segundos caer en cuenta de la connotación que podía tomar aquella propuesta— ¡Yo no! ¡No me refería a eso! Tu presencia es relajante así que... bueno quería dormir esta noche ¡Tómalo como una pijamada! Tengo un televisor que nunca uso... puedes ver lo que quieras... y una habitación extra ¡No tenemos por qué dormir juntos!

Ah, en ese caso era una propuesta de lo más inocente, en ese caso, Craig aceptó, tratando de ignorar el hecho de que una parte de él se sentía ¿decepcionado? Ni siquiera sabía por qué y era muy frustrante... él no deseaba a Tweek de una manera erótica ¿cierto? Más bien ¡Craig no deseaba a Tweek! ¡sí! ¿sí?

—Una pijamada, ¿Acaso quieres construir un fuerte? —se burló el moreno hasta que notó la expresión de ilusión del rubio.

—¡¿Podemos?!

—¿No somos muy grandes para esos juegos de niños?

—¡No hay nadie aquí para juzgarnos! ¡Podemos fingir ser niños otra vez por esta noche! ¿sí? —persuadió Tweek con mirada de cachorro, Craig suspiró ¿Realmente iba a hacer el ridículo sólo porque ese ciego le estaba haciendo ojitos?

¡Y una mierda!

El astronauta salió de su nave hacia aquel planeta recién descubierto, estaba tranquilo... demasiado, un escalofrió se apodero del máximo y más importante astronauta de Estados Unidos, quien tenía un instinto nato para misiones espaciales.

—Tucker a la tierra pshh ¿Me copian? —trató de contactarse el moreno con la torre de control que se hallaba en la estación espacial— He llegado a nuestro destino, donde se ha detectado la supuesta forma de vida no terrestre.

Una vez que terminó su informe decidió investigar un poco la zona, según las coordenadas aquí se hallaba un nido de aquella especie; el astronauta desconocía el nombre técnico de aquella raza alienígena, no obstante, sabía los detalles más importantes. Al parecer aquella raza carecía del sentido de la vista, pero que eso no te engañe, sus demás sentidos estaban altamente desarrollados a comparación de la especie humana.

Eso, más el hecho de que era Craig quien se hallaba en un territorio desconocido, hacía que aquellas criaturas tuvieran una clara ventaja, y eran altamente letales si su presencia era detectada, pero Craig Tucker no se había ganado el titulo de mejor astronauta del mundo por nada, tenía un talento innato, por lo que estaba bastante confiado en salir victorioso en aquella misión.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora