Lo que me faltaba

Oficiales

Ambos chicos se encontraban reunidos en la sala principal, sentados en el cómodo sofá bermellón y con sus piernas casi entrelazadas, sorbiendo de sus tazas ruidosamente, llenando el silencio con su presencia.

Clyde no había hecho acto de presencia cuando llegaron, Craig asumió que había ido a jugar videojuegos con Token y Jimmy, o habrá salido con Bebe. Alguna cosa así.

Lo que llegaba en un expectante silencio, escondiendo palabras tras los tranquilos sorbos de Tweek.

Craig sentía curiosidad. ¿Qué pensaba Tweek acerca de su familia?

¿Qué había acerca de la familia de Tweek?

Aún conocía muy poco de su vida antes de la universidad y cosas triviales sólo de él. Ni siquiera sabía si tenía hermanos.

Pero quizá, lo más importante, era lo que rondaba en la cabeza del moreno cada minuto.

¿Qué pensaría Tweek al ser agregado como un miembro más de la familia Tucker?

No es que Craig estuviera pensando en contraer una unión más grande con Tweek. Jesús, era muy joven para pensar en eso todavía. Sin embargo, le gustaba pensar que él y Tweek estarían juntos por un buen tiempo...

Lo que le llevaba a otros asuntos.

Aclarar de una vez por todas lo que fuera que tuvieran sin temor a dejar dudas o incertidumbres de aquello.

—De acuerdo, está bien —declaró solemne haciendo que el rubio adquiriera una expresión de desconcierto, sin más, continuó—. Lo haré, cuenta conmigo.

—Eh... ¿perdona? —vaciló Tweek—. ¿En qué cuento contigo?

—La cosa gay, lo haré —Tweek encarnó una ceja, todavía sin saber a dónde se disponía a llegar Craig—. Seré gay contigo en público, en privado, en donde quieras. Con manitas agarradas y todo ese paquete. Sólo quiero aclarar unas cuantas cosas...

—¡Espera! —detuvo Tweek para luego romper en risas—. Déjame ver si te entendí..., básicamente me estás pidiendo ser tu novio, ¿no?

—Supongo...

—¡Oh, vamos! Es fácil, sólo tienes que decir —el rubio se pellizcó la nariz, con el fin de imitar el tono nasal del moreno—. "Tweek, ¿quieres ser mi novio?"

—¡¿Tú crees que no lo intenté?! ¡No puedo! —Craig farfulló en frustración, apartando su taza vacía hacia la mesa de centro, Tweek lo imitó,

—Bien, bien, en ese caso... —Tweek tomó la mano del moreno, dando su mejor sonrisa llena de cinismo y coquetería—. Craig, ¿quieres ser mi novio?

El rostro de Tucker era un poema, era una verdadera lástima que el rubio no pudiese contemplarlo. Completamente sonrojado, con los ojos abiertos de par en par y sus labios separados que se cerraban lentamente en una sonrisa torpe.

Oh Dios, se sentía tan estúpido mientras agachaba la cabeza para esconderse de Tweek, de los desembocados latidos salvajes que retumbaban en su pecho.

Debía decir algo, pero se hallaba sin palabras.

—Entonces... —Tweek murmuró.

—Yo... perdona si tardo en abrirme, no soy bueno en esto y ya sabes, tardé años en admitir que mis amigos eran mis amigos y así —Craig explicó, nervioso—. Lo siento si no puedo decirte cosas melosas y ser un novio detallista, me avergüenza, hombre... Pero si quieres, podría intentarlo —el moreno comenzó a balbucear velozmente, sin percatarse de la sonrisa enternecida de Tweek—. También... soy muy protector con mis seres queridos, así que cuidaré cada escalón que pises y... ¡Ah! También me gustará cargar tus cosas, y no es porque crea que eres una princesa que necesita ser salvada... simplemente me gusta hacer ese tipo de cosas... y bueno, no sabía que me gustaba hasta ahora, pero creo que...