Flores

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El moreno se aferró al cuerpo que estaba abrazando antes de abrir los ojos, el rubio dormía pacíficamente y Craig no podía creer los sucesos que habían pasado anoche, no habían llegado a nada realmente, pero por fin había externado sus sentimientos y se sentía tan libre y pleno, sobre todo cuando se dio cuenta que aquellos sentimientos eran correspondidos.

Casi quiso quedarse ahí, entre los brazos del rubio y olvidar todos los posibles problemas o camino que tendrían que tomar, aunque sabía que eso era imposible, tenía que conseguir cargar la batería de su auto y volver a casa, tenían que hablar de aquellos sucesos. Con pesar suspiró y se permitió ir a la realidad, alejándose de los brazos de Tweek.

Tweek se despertó un poco más tarde, Craig ya había comenzado a ordenar el desayuno que les venía incluido en el paquete que tomaron del motel, unas horas después de que la batería estuviera recargada y lista para llevarlos a casa. El moreno casi quiso reírse al ver la mirada perezosa del rubio.

—Buenas— saludó Tweek somnoliento mientras tomaba asiento a lado del él.

—Buenas.

—¿Ya ordenaste?

—Te estaba esperando— admitió—, sin embargo, estuve a punto de ordenar por los dos, los huevos y el tocino nunca fallan.

—Es un sí— respondió el rubio. Después de que ordenaran sus platos miró a Craig— ¿Tienes mucho despierto?

—Bueno, la batería esta arreglada.

—¡Hombre! ¿Por qué no me despertaste?

—No había razón, teníamos que esperar a que estuviera listo, no te iba a desmañanar por culpa mía— respondió Craig con calma.

En cuanto sus platillos estuvieron listos Tweek no dudó ni un segundo en tomar el café, el moreno por el contrario agradeció el jugo, a pesar de aquel silencio sólo roto por el sonido de sorber y masticar había muchas palabras en el ambiente. Miradas cómplices entre Tweek y Craig decían que no habían olvidado lo de la noche anterior y que tenían que hablarlo.

—Así que... ¿Cómo conseguiste aquel lugar para ensayar? —le preguntó Craig.

—Bebe tenía un contacto.

—Tweek— el moreno no tuvo que esperar demasiado, era más que obvio que el rubio sabía a donde se dirigía—, lo que dije anoche... lo dije en serio.

Los ojos del rubio no dejaron ni un momento su rostro cuando dijo.

—Yo también.

Fue sólo cuestión de segundos para los rostros de ambos comenzaran a tomar tonalidades rojizas, avergonzados casi burlándose de lo torpe que era la situación, era la lucha entre besarse y mandar todo al carajo o por primera vez analizar y enfrentar sus sentimientos.

—Eso... es bueno— genial Craig, eras un genio con las palabras, no obstante, hizo reír al rubio, hizo que sus ojos se enchinaran y sus hoyuelos tomaran vida y eso era lo mejor que le podía pasar en el día.

—Sí, eso creo— rio—, Craig ¿Qué vamos a hacer ahora?

—No lo sé— admitió el moreno—. Sinceramente creí que ser tu amigo sería suficiente ¡Y lo es! No me malentiendas, me alegra poder tenerte en mi vida, pero... siento que eso ya no es suficiente para nosotros. Me atraes Tweek, demasiado y es difícil porque eres la única persona que me ha atraído de esa manera, no es algo que pueda enterrar...

—¡Lo sé hombre! tuvimos sexo y todo eso... no quiero aparentar simplemente que no sucedió— concordó Tweek mirándose las manos—, sucedió Craig y no me arrepiento, y es un poco masoquista tratar de sepultar esto, porque a decir verdad no creo que podamos ser sólo amigos.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora