¿Qué estamos haciendo?

5.8K 902 364
                                    

Uno, dos, tres, era los minutos que Craig supuso que pasaban, aunque no podía afirmarlo con seguridad ya que ni siquiera se veía capaz de contar el tiempo, no se veía capaz de hacer otra cosa que no fuera posar sus labios en los del rubio y moverlos con inexperiencia agarrando el ritmo fácilmente.

No fue un beso apasionado como muchos pensarían después de aquella explosión de tensión sexual, fue un beso dulce, tierno y un poco torpe, como si fuera el primer beso de ambos, aunque el moreno bien sabía que no era el caso de Tweek, sin embargo, se sentía como si siempre debieron estar así, como si la forma en la que encajaban ambos pares de labios fuese totalmente hermética. Craig degusto un ligero sabor a café en los suaves labios de Tweek, por su parte Craig se sintió avergonzado, los labios del rubio eran extremadamente buenos para besar ¿Y los suyos? Ásperos secos, pero el rubio parecía disfrutarlo.

El moreno no supo con exactitud cuanto tiempo paso hasta que se separaron bien pudieron ser minutos o toda la eternidad, eso no le importaba en lo mas mínimo. Al separarse para respirar ambos rostros quedaron de frente, aunque sabía que Tweek no podría verlo su mirada se hallaba fija en él, lo que lo avergonzó, más al darse cuenta de lo hinchados que estaban los labios del pecoso... y Craig fue el responsable.

—Craig yo... lo siento— musitó Tweek como si fuese a llorar nuevamente.

—No— respondió Craig con decisión— no tienes que disculparte, no hice nada que no quisiera hacer Tweek.

—Pero yo... pero tú... nosotros—los balbuceos del rubio reflejaban temor y confusión, confusión que compartía el moreno de mayor o igual manera, no obstante, tenía que ser sincero. Craig Tucker se había rendido ante ese chico y no se arrepentía, pero no estaba del todo listo para lanzarse al vacío sin la seguridad de algo esperándolo para detener semejante caída.

—Tweek, escúchame, yo... yo no sé que siento ¿sabes? Son demasiadas cosas experimentadas en tan poco tiempo y necesito más tiempo para aclarar mi cabeza— pudo notar la decepción en la cara del rubio ¿Cómo no? Después de besarte así con alguien no esperabas ese tipo de respuesta y Craig sabía que probablemente lo estuviera arruinando— pero quiero que sepas que esto— tomó la mano del rubio— es real, la manera en la que me siento por ti.

—¿Te gustó besarme?

—¡Oh hombre! ¡Es vergonzoso decirlo!

—Necesito saber que quieres obtener de "esto" que puedo esperar yo... no quiero que me rompas el corazón Craig Tucker —explicó Tweek, la frialdad con la que le dijo aquellas palabras le hacía querer abrazar al pecoso y jamás soltarlo.

—Besarte es una de las cosas que definitivamente no me molestaría hacer toda una vida— confesó rápidamente, Tweek sonrió tímidamente para después morderse los labios, joder, se encontró pensando Tucker en ser él quien mordiera esos labios. Esos pensamientos fueron interrumpidos por la mano del rubio en su rostro acariciando y palpando cada parte de él.

—¿Tweek? ¿Eh, qué haces? —balbuceó Craig sin poder ocultar su nerviosismo, el pecoso sólo soltó una risita.

—Estoy sintiendo tu rostro, en pocas palabras estoy viendo cómo es tu cara... técnica de ciegos milenaria.

La respuesta hizo soltar una risotada a Craig mientras se relajaba y cerraba los ojos dejando el camino libre para que Tweek hiciera su exploración, el moreno no quería pensar demasiado en lo agradable que se sentían las manos del rubio en su rostro, manos delgadas de dedos largos, manos de musico, pero con el detalle que lo hacía tan único, tan propio de aquel chico nervioso, sus dedos llenos de benditas de colores... lindo, muy lindo.

Una vez que Craig dejó de sentir las manos del rubio abrió los ojos para encontrarse con expresión enternecedora, una pequeña sonrisa tímida, Craig rio.

Lo que me faltabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora