—¿Qué tienes ahí? —preguntó Craig, cuando subieron al auto de nuevo con el propósito de cumplir el capricho del moreno había notado que la mochila del rubio pesaba bastante más de lo que parecía.
O quizá era su manera de evitar pensar en que realmente estaba a punto de perforarse y sería doloroso.
—Mis guantes— explicó el rubio— fui a mi clase de boxeo antes de vernos, pero tomé una ducha ahí, mis guantes y ropa están ahí.
—Cierto que volviste al boxeo...— suspiró Craig mientras se tenía a mirar un segundo a Tweek... oh—, bueno eso lo explica.
—¿A qué te refieres? —preguntó Tweek con confusión.
—Tus brazos— balbuceó Craig—se ven... ¿fuertes?
Las risas del rubio no se hicieron esperar.
—¿Gracias? —agradeció sin saber si aquello era lo correcto realmente—, sé nota también que has hecho ejercicio.
—De vez en cuando, tengo que mantenerme activo, aunque si te soy sincero no soy una persona especialmente entusiasmada con la actividad física.
Después de aquella plática nuevamente el silencio perduró, Craig estaba comenzando a notar un patrón, alguno de ellos solía decir algo que podría ponerlos incómodo y se callaban un momento, volvían hablar con normalidad y nuevamente alguien metía la pata.
—Pues ya hemos llegado— avisó el rubio, Craig tragó saliva asintiendo con solemnidad— ¿Estas asustado?
—Bastante— ni siquiera dudo en decir la verdad.
—¿Qué te asusta?
—Bueno...— verbalizó Craig—, el dolor, quiero decir realmente no me intimidan las agujas, pero sé que va a doler y bueno, no quiero sentir dolor.
—Podemos irnos, no estas obligado a hacer nada— resolvió el rubio, Craig negó.
—No, quiero hacerlo— aseguró—, es una cuestión y un reto bastante personal, nadie lo entiende y pensé que tú lo harías.
El pecoso lo miró, parece ser que realmente comenzaba a mirar quizá demasiado, el moreno sabía que Tweek tal vez miraba demasiado fijamente a las personas o quizá sólo fuera su impresión en ese momento mas lo cierto es que su mirada le quemaba, Tweek probablemente tratase de entender por qué Craig le decía todo eso si ni siquiera eran amigos cercanos.
Parece ser que a Craig se le olvido que era Tweek de quien hablábamos, siempre inesperado, siempre salvaje. Realmente le tomó por sorpresa que de la nada sonriera con cierta pillería.
—En ese caso puedes tomar mi mano si te duele mucho.
En definitiva, siempre sería un cabrón.
Sin embargo, a la hora de la verdad Craig no pudo evitar tomar su mano, había dolido como una perra, pero definitivamente valía el resultado, le gustaba bastante como se veía, aunque eso causo que todos sus amigos comenzaran a cuestionar su estabilidad mental Craig sólo se encogió de hombros, nadie podía negar que se le veía francamente bien.
Después de ese día no volvieron Tweek y Craig no volvieron a verse en varias semanas, cada quien estaba retomando su vida que no involucraba la presencia del otro todo el tiempo. Eso no evitaba que de vez en cuando se mandaran un mensaje de texto, todo comenzado por la foto de Stripe que Tweek le había prometido a Craig.
Realmente no tenían planes de volver a verse desde ese día, el moreno supuso que cada quien debía analizar cómo habían tomado aquello y si sería oportuno llegar a verse en otra ocasión, los textos demostraban que eso era bastante plausible, no eran platicas largas más eran amenas.
ESTÁS LEYENDO
Lo que me faltaba
FanfictionCraig Tucker es un maldito insensible incapaz de sentir algo por alguien, pero eso cambia cuando conoce a Tweek al que también le falta algo. ¿Podrán complementarse el uno al otro? ¿Serían la pieza que le faltaba al otro? Créditos de la imagen de p...