Adelfried desmontó en la plaza central de Églogas, junto a la estatua de su ancestro, Ludwig. Quien según decía su placa, no solo había sido el fundador del clan Jardín de los Lamentos, sino también un veterano y héroe de la Guerra de las Trece Sombras. Quincey creía recordar haber leído algo referente a ella en uno de los tantos libros que su maestro le ordenó estudiar a lo largo de los años, pero nada concreto le venía a la mente.
Un niño no mayor de diez años salió del palacio de los Jardín de los Lamentos, y al ver a Adelfried corrió hasta él gritando:
-¡Tío!
-Pero si es el pequeño Ritter.- le saludo Adelfried. -Bueno supongo que ya no eres tan pequeño; la última vez que te vi aun gateabas.
-¿Cuándo me llevarás a Sanguis para entrenarme como caballero?- preguntó el pequeño desbordando de emoción.
-Cuando me haya desecho de mi pupilo actual- respondió señalando a Quincey entre risas. Lo que provocó que Ritter le dirigiera a este una mirada en la que se mezclaba el odio, y la envidia.
El pequeño los guió hasta el comedor, donde el anciano Gran Maestro Heinrich se encontraba esperándolos sentado a la cabecera de la mesa.
-Abuelo- dijo Adelfried postrándose ante él.
-Y yo que pensaba que no quedaba ni una gota de la sangre de nuestro clan en tus venas- le espetó el anciano, tras lo cual centró su atención en Ritter. -Has el favor de márchate, estamos por discutir cosas de adultos no aptas para mocosos.
-¡No es justo!- gritó el pequeño mientras se dirigía a la salida enfurruñado.
-El día que tú seas gran maestro podrás decidir lo que es y no es justo- le dijo el anciano antes que hubiera terminado de marcharse.
-¿Qué es lo que no quieres que él escuche?- preguntó Adelfried, y luego, sospechando cual podía ser la respuesta, agregó: -¿Quién ha muerto?
-Tu tío Roth, y sus dos hijos- respondió el gran maestro con parquedad.
Adelfried se quedó lívido.
-¿Cómo ocurrió?- alcanzó a preguntar.
-En la última batalla. Estaban intentando rescatar a una de las sacerdotisas del templo, pero solo consiguieron que esos monstruos los atrapasen también.
-Entonces aún podrían seguir con vida.
El gran maestro negó con la cabeza.
-Encontramos lo que quedó de sus cuerpos a la mañana siguiente, los habían abierto y sacado casi todos los órganos. Ordené que los cremaran de inmediato, y le dijesen a Ritter que fueron enviados al sur en busca de ayuda.
-Y ahora que la ayuda está aquí, ¿qué le dirás? ¿Qué se perdieron por el camino?
-Aun no lo he pensado.
Heinrich miró a los acompañantes de su nieto, y dijo:
-Espero que ellos no sean la totalidad del ejército que trajiste a salvarnos.
-Contamos también con un destacamento de soldados del clan Torre de Cristal. Nosotros nos adelantamos para evaluar la situación, pero estarán aquí pronto.
-Espero que cada uno de ellos valga por más de cien hombres. Después de lo que esas criaturas les hicieron a mis guardias no creo que ni siquiera las legiones tendrían oportunidad en su contra.
-Los Torre de Cristal son expertos en combatir muertos vivientes- le aseguró Carrie.
-¿Muertos vivientes? ¿Eso es con lo que estamos lidiando?- inquirió el anciano.
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La historia que ellos se contaron
FantasyHan pasado más de cuatrocientos años desde de que los lúmenes, originalmente llamados elfos, llegaran en exilio a las tierras de los umbras; la raza de la oscuridad, durante todo ese tiempo los lúmenes se han esforzado en olvidar los horrores del pa...