Capítulo 26 - Consecuencias del crimen

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En el transcurso de los días siguientes varios grupos de caballeros partieron de Sanguis en búsqueda tanto de Oswald, como del lugar de descanso final de Quentin Mano del Destino. Del primero no encontraron ni rastro, pero hacia el este de Anima, cerca del poblado de Asómaf, entre los restos de una pira funeraria hallaron la espada de Quentin, junto con trozos de su armadura.

El Comandante Godfrey, y el Concilio, decidieron realizarle un funeral en el Templo de Deimos, durante el cual además agregarían su nombre al muro de los mártires de la orden. Quincey estuvo presente, mas no pudo decir que sintiera algo por el hombre al que solo había conseguido conocer de forma muy breve a través de las páginas de su diario. Por lo menos ya no estaba enfadado con él. Intentó encontrar alivio en la idea de quizás la indiferencia fuera preferible a la ira.

Al término del funeral Adelfried lo llevó a la Cámara del Concilio, era la primera vez que Quincey ponía un pie allí desde el día que lo aceptaron como aprendiz de la orden. Una vez todos los miembros del Concilio se hallaron presentes, el Comandante Godfrey procedió a leer en voz alta la carta que Oswald había dejado junto al cadáver de su aprendiz la noche en que desapareció. El pobre e ingenuo Andrew no tuvo chance de defenderse, jamás se esperó un ataque por parte de la persona a la que tanto idolatraba.

-"A mis queridos camaradas: lamento no poder despedirme personalmente, pero el jefe insiste en que es necesario, y el jefe siempre tiene la razón. Mi esperanza es que esta carta los ayude a subsanar la tristeza de mi súbita partida."- A ese punto el comandante hizo una pausa, para poder evaluar la expresión en el rostro de todos los presentes, solo Gunther se veía abiertamente enfadado.

-"A nuestro gallardo líder, Godfrey Leteo, solo puedo preguntarle: ¿Estás preparado? Seguro puedes sentirlo, algo grande se está gestando en el norte, puede que incluso ya te hayan empezado a llegar algunos reportes al respecto ¿Crees que tus estrategias bastarán para detener la marea de oscuridad que se aproxima? ¿Crees que podrás llegar al final de esta nueva guerra con tu honor intacto?"- el comandante torció los labios en un gesto de disgusto, tras lo cual continuó leyendo:

-"A mi buen amigo Gunther Voluntad de Hierro: ¿Qué harás cuando te encuentres entre la espada y la pared? ¿Serás valiente y enfrentarás el problema de frente, o te revelarás a ti mismo como un cobarde ante todos?"

-¡Miserable!- espetó el usualmente tan ameno Gunther.

-"A la dulce, dulce Gretchen: ¿Aun crees que la decisión que tomaste fue la correcta?"

Ante esas palabras Gretchen no mostró ninguna emoción.

-"Al gran Jared Garra de Plata, probablemente el mejor de todos nosotros: ¿Qué planeas hacer cuando el Jinete Sin Cabeza al fin te encuentre? Incluso los Reyes de la Caza saben que es imposible eludirlo por siempre."

Esa pregunta de inmediato despertó el interés del Quincey ¿Por qué Jared tendría que preocuparse por el Jinete Sin Cabeza? La leyenda decía que era una amenaza solo para los miembros del clan Cacería Salvaje, y para aquellos pocos infortunados a los que la casualidad los hiciera cruzarse con él.

Godfrey siguió leyendo:

-"Al joven Gran Maestro Dante Luna Roja: ¿Cómo lo aguantas? ¿Cómo consigues la fuerza para seguir viviendo en un mundo sin ella?"

Tanto Dante como Quincey cerraron los puños, y apretaron los dientes para contener la rabia que los invadió.

-"A Adelfried Jardín de los Lamentos: Como desearía haber estado allí en el corazón del Gran Bosque del Sur cuando hiciste pagar a Ezequiel por lo que le hizo a tus hermanas ¿Se sintió bien no es así? No trates de negarlo. Si aceptas la verdad de lo que eres te sentirás mucho mejor, te lo digo por experiencia propia. Por favor, cuando el jefe al fin me deje ir buscarte permíteme verte como fuiste en ese glorioso momento."

La historia que ellos se contaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora