-¿Le dije que nací en la capital?- Garrett necesitó de un momento para reparar en lo tonto que era lo que acababa de preguntar, tras lo cual se permitió reír-. Supongo que en realidad no era necesario que lo hiciera- dijo-, mi segundo nombre habla por sí mismo.
Quincey, arrodillado entre los escombros como se encontraba, se limpió con la manga de su túnica la sangre del rostro, que por fortuna no era suya, y dirigió una mirada cargada de confusión al comandante, que se hallaba sentado en su trono de cristal.
"¿Pretende ser digno de regir a todos los caballeros, comandante?" preguntó mentalmente el joven gran maestro. A la cabeza le vino el comienzo de la vieja historia del clan Laberinto de Sombras que Bianca le recitó el día anterior: "El rey yacía en el trono, no el Trono de Cristal que era su derecho sino uno que había usurpado, uno de doce..." Por alguna razón la halló extrañamente apropiada para esa situación...
Pero ¿en qué consistía esa situación? ¿Qué era lo que había ocurrido? A Quincey le dolía la cabeza, y le zumbaban un poco los oídos. Lo último que recordaba era que Fenris se había abalanzado sobre Garrett, y luego hubo un fulgor rojizo que lo cegó. También recordaba haber escuchado el grito de la gente, y el sonido de vidrio al romperse... no, vidrio no, sino cristal azul. Ahora lo recordaba, Tavis creó un muro de cristal para escudarlos a ambos de la explosión ¿Significaba eso que los escombros que lo rodeaban era todo lo que quedaba de El Rey Ciego? Quincey esperaba que no, la posada se había encontrado abarrotada de gente, y no había forma de que en la fracción de segundo que hubo entre la acometida de Fenris contra Garrett y la explosión, Tavis hubiera conseguido hacer un muro lo suficientemente grande para proteger a todos los clientes. Aunque ¿siquiera hubiera sido posible salvarlos de tal liberación de energía? Quincey estaba consciente de que seguía con vida sólo gracias a Tavis, pero el muro en realidad no contuvo la explosión, el hecho de que podía ver el cielo cuando momentos atrás se había encontrado bajo techo era la prueba de ello, solo absorbió la mayor parte antes de quebrarse. Era sobre uno de los fragmentos del muro, y no sobre un trono, sobre lo que Garrett se encontraba sentado.
-Puede que haya nacido en Eos, pero fue en Ceres donde me críe- reveló Garrett mirando hacia el cielo nocturno con expresión melancólica -¿Alguna vez ha estado allí gran maestro? Es una hermosa ciudad. Mi padre era un granjero, y orgulloso de serlo. Siempre decía que los lúmenes nos habíamos vuelto perezosos, que ya no queríamos trabajar la tierra con nuestras propias manos, y que nos habíamos hecho demasiado dependientes de los umbras. Yo, en mi adolescencia, creía saberlo todo, así que interpreté las palabras de mi padre meramente como las quejas de un hombre que anhelaba hallar valor en el rol que le había tocado en la vida. Hoy en día puedo ver que él tenía la razón, pero por las razones equivocadas. La clave de la felicidad no es el trabajo duro, sino la simplicidad y la ignorancia ¡Oh! Como desearía estar en estos momentos en ese campo de cultivos, sembrando maíz, en vez de encontrarme aquí esta noche, y saber todo lo que sé.
Quincey apenas podía captar el significado de las palabras del comandante, y la verdad es que no le importaba en lo más mínimo comprenderlas, había preguntas mucho más urgentes exigiendo su atención. Para empezar: ¿Dónde estaba Tavis? ¿Seguía esta con vida? Ella se había encontrado parada justo detrás de él en el instante que ocurrió la explosión, y si el muro de cristal consiguió salvarlo a él entonces lo más seguro era que a ella también.
-Mi padre murió durante un ataque de la Vanguardia del Invierno, tratando de defender nuestra propiedad con una hoz-. Garrett apoyó la cabeza en su mano derecha, y esbozó una triste sonrisa antes de añadir-. Es raro que los jinetes fantasmas ataquen Ceres, pero supongo que la demanda de esclavos sexuales en Cipris habrá sido inusualmente alta ese año.
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La historia que ellos se contaron
FantasyHan pasado más de cuatrocientos años desde de que los lúmenes, originalmente llamados elfos, llegaran en exilio a las tierras de los umbras; la raza de la oscuridad, durante todo ese tiempo los lúmenes se han esforzado en olvidar los horrores del pa...