Capítulo 3

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Después de terminar con lo que me pidió la señora Amelia voy a la casa de Jay a ver cómo está. Toco la puerta dos veces y la nana de Jay me abre.

-Hola, ¿está Jay?

-Mi niña, ¿pero no te dijeron?

Mi cara de confusión se hace notar -¿Decirme qué?

-Le diré al chófer que te lleve al aeropuerto.

-¿Por qué? ¿Qué pasa?

Ella entra a la casa casi corriendo buscando el teléfono -¡Jay se va ahora para Inglaterra!

Nadie me lo dijo, esto no puede ser ¿Inglaterra? ¿Dónde estaba eso?

-Pero nadie me lo dijo.- ella cuelga.

-Ve afuera antes que se vaya, ¡corre!

Voy afuera de la casa corriendo y me entro rápido al auto, cuando pasamos por mi casa veo a Emma sonriendo mientras me ve pasar en el auto, su sonrisa es como la de la señora Amelia cuando se sale con la suya.

-¿Usted sabe a qué horas se va Jay?

Él mira a su reloj rápidamente -Dentro de media hora, ¿Por qué no te despediste de él? Él pensó que lo habías dejado solo y se ha ido triste.

-Pero a mi nadie me lo dijo.

-Por lo que tengo entendido, mi esposa fue a tu casa a decirte pero no estabas. Le dijo a tu hermanastra que te avisara.

¿Por qué Emma no me lo dijo? Sólo esto me faltaba, que mi hermanastra sea mala también conmigo.

-Por favor, acelere tengo que alcanzarlo.

-Tomaré un atajo, no te preocupes.

Dentro de cinco minutos llegamos al aeropuerto, él me abre la puerta.

-Está en la salida 6, apurate.

Corro viendo los letreros, salida 1, 2, 3, 4, 5, ¡6! Subo las escaleras rápido y me paro dónde los pasajeros ya están abordado.

Lo busco pero ya no hay nadie más, la última persona ya ha entrado. Se ha ido, y quién sabe cuando lo volveré a ver.

Se ha ido pensando que lo deje solo. Se fue sin que yo me pudiera despedir de él.

Mis mejillas han empezado a sentirse mojadas. Últimamente no me doy cuenta cuando lloro.

Me doy la vuelta resignada, y camino con la cabeza baja. No pude alcanzarlo. Quería volverlo a ver. No quiero que se vaya. Es la única persona que siempre está conmigo siempre.

-Perdón.- digo luego de chocar contra un cuerpo.

-¿Por qué sigues pidiendo perdón cuando no es tu culpa?

Levanto la vista y lo miro al lado mío, sin pensarlo lo abrazo con todas mis fuerzas dejando caer unas lágrimas de tristeza. Él me corresponde, y me abraza aún más fuerte.

-Pensé qué no vendrías.- habla sin romper el abrazo.

-Lo siento- sorbo de mi nariz -Nadie me lo dijo, yo... yo no sabía.

Rompemos el abrazo, se saca un pañuelo de su bolsillo y me lo coloca en la nariz, y me limpia.

-Mira Tiffany... yo tengo que ir a estudiar para poder hacerme de cargo de la empresa de mis padres cuando éste grande.- habla con la mirada en el suelo y con un tono triste.

-¿Donde está Inglaterra?

-Muy lejos.

-¿Por qué? ¿Ahora con quién iré almorzar? Quiero ir contigo a la escuela.

La voz de tu corazón (#1 Trilogía De Corazones Infelices)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora