Capítulo 51

425 54 11
                                    

*Narra Jay*

—Ella me llamó. Estamos rastreando el chip.

—Voy para allá. —cuelgo y me levanto rápido del sofá.

Tomo las llaves del auto y mi billetera. Antes de salir, me detengo en la cocina para avisarle a nana.

—Nana tengo qué salir, es una emergencia.

—Está bien hijo, ve con cuidado. —asiento y salgo casi corriendo al auto.

¿Será que por fin volveré a ver a mi ojitos? Sólo de pensarlo me vuelve el hombre más feliz del mundo, le ruego a Dios que no le hayan hecho nada.

Cuando me estaciono afuera de la casa de Mike, antes de bajar, me fijo en un hombre que lleva con él un pastor alemán y se suben a una camioneta negra para irse a toda velocidad.

No le tomo importancia, bajo del auto y voy hasta la puerta que se encontraba medio abierta. Entro y no hay nadie en la sala. Estoy apunto de preguntar si hay alguien, pero un sonido proveniente de la laptop me distrae. Tiene un punto rojo moviéndose en el mapa, es la dirección.

Pongo en mi teléfono la dirección y salgo de ahí sin buscar a nadie. De seguro han de estar planeando algo para ir atrapar a Bryan y salvar a Tiffany, pero yo no pienso perder más el tiempo. Tiffany me necesita y yo la necesito más a ella.

Salgo corriendo al auto y pongo la dirección en mi GPS, estoy a menos de media hora de ahí.

Está vez no la voy a dejar ir, no soporto la idea de que ella esté lejos de mi y que esté con alguien más o sufriendo. La voz del locutor de la radio me distrae de mis pensamientos.

Noticias de última hora. El edificio Royal acaba de colapsar, dejando a su paso decenas de heridos... —apago por completo la radio para fijarme en dónde voy y ya no tener distracción en mi camino.

Era alarmante lo que acababa de escuchar, pero en este momento yo era el único buscando a una persona que casi nadie sabía en dónde se encontraba, y corría peligro de muerte. Ese colapso no se pudo haber evitado, pero en este momento podía evitar la muerte de Tiffany ya que estaba a tiempo.

¿Sería yo capaz de salvarla?

Dejé las inseguridades a un lado, y volví mi vista al camino, sin pensar en nada.

Entro a un bosque que ya se empieza a cubrir de nieve, desde donde estoy, puedo ver un humo negro sobresalir entre los árboles.

Acelero más sin importarme si el auto se desvía y me estrello.

Cada vez estoy más cerca del lugar, siento cómo mis manos empiezan a sudar aunque esté muy frío y mi respiración se agita con cada metro qué mi auto avanza.

Según mi GPS ya he llegado pero yo no miro nada más qué árboles y nieve. No me puedo dar por vencido aquí, he llegado muy lejos como para rendirme. Y como si el destino estuviera en mi contra, el auto no avanza debido a los casi quince centímetros de nieve que se había acumulado en el pavimento.

Me bajo del auto y empiezo a adentrarme en el bosque. A mis fosas nasales se hace presente el olor de algo quemandose. Corro tratando de encontrar de donde proviene ese olor, y cada vez corría, más fuerte se hacía el olor.

Luego de unos minutos, di con el objetivo. Una casa ardiendo en llamas, sobre todo en la segunda planta.

No dude, y corrí hacia ella, adentrándome a la casa sin importar que adentro podría haber asesinos esperando armados para matar al primer desconocido, en este caso, yo.

Apenas entre, era difícil ver debido al humo negro que estaba por todo el techo. Llevé mi brazo a mi nariz para taparla y evitar intoxicarme antes de encontrarla.

La voz de tu corazón (#1 Trilogía De Corazones Infelices)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora