*Narra Tiffany*
—Si hay algo raro, me despiertas ¿Sí?
—Duerme tranquila. —me sonríe, yo lo ignoro, no me apetece seguir hablando con él.
Me acomodo en el árbol sentada, he dormido en peores posiciones, por lo que esta no se me va a ser nada incómoda.
Cierro los ojos y trato de relajarme, por lo menos ya no estamos con ese tipo. Era una cosa menos para preocuparse. Teniendo en cuenta que caminamos por horas y no hubo nada sospechoso, doy por hecho que ese maldito está lejos.
Como lo odio por todo lo que nos hace, pero no me cabe ni la mínima idea del porqué está haciendo todo esto, y no creo qué sea por una simple venganza de hace quince años. Conocía a Bryan, el no se tomaría tanta molestia en hacer todo este show.
Jay no está ayudando en nada ocultando cosas importantes para mi. Él tiene miedo, y no hay nada malo con eso. Yo tenía miedo ahora, y muchos lo sentimos alguna vez, pero si él lo sigue ocultando ¿Cómo voy a saber a lo que nos enfrentamos?
Lentamente el sueño me va comiendo, no quiero estar dormida en un momento como este, pero mi cuerpo me pide aunque sea un pequeño descanso. No he dormido bien desde que desperté en ese cuarto sabiendo que estaba bajo la mirada de ese patán.
***
Asustada abro los ojos de golpe. No podía moverme.
Su mano cubre mi boca, evitando que hable, y mi respiración se vuelve agitada debido al miedo.
—¿Crees que te escaparás tan fácil de mi poder, nena? —busco con la mirada a Jay.
No había nadie a mi lado o enfrente de mi.
Dios ¿Dónde demonios está? ¿Se lo han llevado?
Él me fuerza a levantarme, sin quitar su mano de mi boca y lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. Intenté correr, sin embargo, él me jaló del cabello y me hizo retroceder, volviendo una vez más a él.
No quiero volver con él, no de nuevo.
—Creo que tú novio te ha abandonado otra vez, qué fiel es ¿No? —eso es mentira, él no me pudo haber dejado aquí—. Mira a tú alrededor, no hay nadie. Estás sola... como siempre lo has estado.
Es una trampa. Estoy segura de eso. No lograría ponerme en contra de Jay.
Me hace caminar unos cuantos pasos, caminando entre los árboles en plena madrugada. A medida avanzábamos, voces se escuchaban, temí por eso. De repente, se detuvo, y volvió a poner su sucia mano en mi boca.
—Mira cómo te abandona.
Mis ojos lo ven, claramente, pero mi corazón no lo quiere creer.
Él camina a paso rápido hacia esos dos hombres, ¿Por qué no mira atrás? ¿Me está dejando? ¿Él en serio me está dejado? Le dije que me despertara, y no lo hizo. Sólo me abandona para salvar su trasero.
¿Por qué me hace esto? Él me prometió sacarme de aquí. Dijo que no se iría sin mi, pero eso es lo que está haciendo ahora mismo.
Una promesa no era algo que se tenía que tomar a la ligera. Y ahora viéndolo todo digo, Jay era experto en no tomarle importancia a una promesa.
—¡Ayuda! —grita para llamar la atención de los hombres.
—Me encantan los finales tristes. —susurra en mi oído.
Si me quedaba aquí iba a morir, de decepción o por un asesinato.
Muerdo la palma de su mano, insertando mis dientes en su piel. Él me suelta bruscamente, quejándose del dolor, aprovecho para salir corriendo a dirección contraria de donde está Jay.
ESTÁS LEYENDO
La voz de tu corazón (#1 Trilogía De Corazones Infelices)
Romance|COMPLETA| "Sí el amor es verdadero, pueden pasar siglos y seguir intacto." Dos amigos inseparables de la infancia se separan por asuntos familiares; sin embargo, cada uno vive con la esperanza de volverse a encontrar, aunque sea en los sueños del o...