*Narra Alex*
—Alex, ven conmigo y ya deja de estar encerrado. —dice por tercera vez mi padre.
—No tengo ganas de salir. —me cubro con la cobija todo el cuerpo, escucho como él suspira, rendido.
—Tienes que distraerte, hijo. Ya casi ni vas a la universidad o sales con tus amigos. Me estás preocupando. —ruedo los ojos debajo de la cobija— Ya tienes que olvidar a esa chica.
La sangre me hierve cuando escucho esas palabras. Me quito la cobija inmediatamente para sentarme y verlo totalmente enojado.
¿Olvidar? Por mi culpa ella está quien sabe dónde, y simplemente me pide olvidarla. Como si en conciencia no quedará la culpa.
"Para mi ya estas ¡muerta! ¡¿Escuchaste?! ¡Muerta!"
—¿Cómo me pides que la olvide? ¿No estarías tan preocupado como yo si no sabes nada de tú amiga? No sabes si ya comió, si durmió bien, o si esta viva. —no quise alzarle la voz, sin embargo, no pude ocultar mi tono enfadado.
—Lo sé, pero esto te esta dañando mucho. Trata de despejar tú mente, lo digo por tú bien...
—Estaría peor si trato de borrarla de mi mente ¿No lo crees?
Él asiente triste y sale de mi cuarto cerrando detrás de él.
No me gusta pelear con él, pero tiene que entender que siento una inmensa culpa en mi conciencia. La culpa que no me deja dormir o vivir en paz. Y es que pienso que hasta que encontremos a Tiffany, yo no estaré bien.
Se miraba que la policía estaba queriendo darla por muerta al no encontrarla. ¿Desde cuando uno deja ir la esperanza de encontrar a alguien por la impaciencia? Era ridículo. Incluso me reí cuando me dijeron eso. Todos se podían olvidar de lo sucedido, pero solo el verdadero pecador no podría olvidar todo lo que causó.
Si todos se daban por vencido, yo nunca lo haría.
Me tiro nuevamente a mi cama viendo hacía el techo.
Tanto tiempo sin verla, sin escucharla y sin verla reír, la extraño.
Su partida nos ha dolido a todos, los gemelos y Alejandra tratan de mantenerse al margen en la universidad, pero se les hace difícil tener que ir y darse cuenta que ella no está en clases, o ir a la cafetería y no verla sentada en la mesa.
Yo he dejado mis obligaciones de un lado, sólo me quedo en mi cuarto a dormir por el día y a quedarme despierto toda la noche, pensando en dónde podría estar y en cómo estará. Aveces no como al pensar si ella ya habrá comido o no.
Era una tortura.
Siento que me han quitado una parte de mi, ya no me siento como el de antes.
Durante este tiempo que estuve pensando, me di cuenta que... yo veo a Tiffany más que una amiga, los sentimientos que ella me transmite son muy diferentes a los que otra chica común podría hacerme sentir.
Tan tonto como para no darme cuenta qué sentía algo por ella, espero que no me haya dado cuenta muy tarde.
Tenía miedo de perderla, y que nunca supiera lo que yo siento.
Mi teléfono empieza a sonar, me levanto a ver y es de un número desconocido. Fruño el ceño, tal vez sean noticias de Tiffany de parte de la policía, aunque lo dudo mucho. Hace mucho que recibí una llamada de la policía acerca del caso.
—¿Hola? —nadie responde, me quito el teléfono para ver si no han colgado, pero la llamada sigue— ¿Hay alguien ahí? —se escucha un sonido raro del otro lado— Voy a colgar. —ni siquiera sabía porqué advertía, de seguro era una broma.
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La voz de tu corazón (#1 Trilogía De Corazones Infelices)
Romance|COMPLETA| "Sí el amor es verdadero, pueden pasar siglos y seguir intacto." Dos amigos inseparables de la infancia se separan por asuntos familiares; sin embargo, cada uno vive con la esperanza de volverse a encontrar, aunque sea en los sueños del o...