Capítulo 39

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*Narra Tiffany*

Abro los ojos por el ruido de la puerta abrirse. Mi sentido auditivo se había vuelto muy sensible. Me remuevo incómoda en la esquina.

De nuevo él, no puede ser.

—¿Me extrañaste, nena? —vuelvo a cerrar los ojos— ¿Me estás ignorando? —niego sin abrir los ojos. Su olor a perfume mezclado con sudor inunda mis fosas nasales— No te haré daño, —mentira— sólo quiero que seas mía ¿Sí?

Miedo y asco es lo que siento en este momento. Me trata como si fuera un objeto de su propiedad.

Poco a poco se acercó a mi, hasta quedar justo frente de mí. Yo ya no podía retroceder.

—Quiero continuar lo que empecé la última noche. —me levanta de un tirón de cabello apoyando su cuerpo contra el mío haciendo presión, mi cuerpo se vio aplastado por él y la pared.

Y aquí viene a lo que tanto temía. La razón del no poder dormir las noches encerrada aquí por miedo de que él quisiera continuar conmigo. Es lo menos que se puede esperar de un maldito violador y asesino como él.

—No p-por favor, no me hagas nada... —susurro sin verlo a los ojos.

—-Cierra esa boquita, o te la cierro yo.

Estampa sus labios contra los míos, bruscamente. Muevo mi cabeza hacía un lado, pero él me toma del cuello para inmovilizarme. Trato de alejarlo, y termina siendo en vano.

Me siento sin fuerzas para seguirlo intentando.

Él muerde mi labio, eso dolió mucho, lo ha hecho a propósito. Ya no puedo dejar que esto llegue a más, no puedo y no quiero.

Con todas mis fuerzas le doy una patada en su "amigo", haciendo que él me suelte para retorcerce del dolor.

—¡Maldita perra! —se acerca nuevamente a mi, y me da un golpe en mi mejilla— ¡Te vas a arrepentir!

Sale del cuarto casi arrastrándose. Dejo salir un suspiro cuando cierra la puerta, y me siento en el piso a llorar.

Sé que querrá aprovechar de mi para luego matarme y quedar en el olvido cómo aquella niña. No puedo dejar este mundo aún, mi papá me necesita y yo a él.

¿Qué hice para merecer esta miserable vida?¿Cuándo vendrá mi maldita felicidad? ¿Cuándo podía vivir una vida normal?

***

Afuera del cuarto se escuchan golpes, asustada me aferro a la esquina. Si pudiera pedir un deseo en este momento, aparte de desear salir de aquí, sería hacer de aquella esquina una cueva en la cual esconderme.

Ya no quiero estar aquí, quiero irme, pero por más que busque una salida sólo hay más oscuridad y más puertas cerradas.

La puerta empieza a ser golpeada abruptamente.

¿Qué me hará ahora? ¿No es suficiente con tenerme aquí encerrada?

La puerta cae, y yo sólo doy la vuelta viendo hacia la pared. Siento sus pasos más y más cerca, haciéndome que tiemble del miedo y que mi respiración se vuelva agitada.

Mamá no dejes que me haga algo, te lo suplico, no me abandones.

Alguien toca mi hombro y de mi boca sólo sale el grito que estuve conteniendo.

—¡No! —niego sin voltear— ¡Déjame, por favor! ¡Ya no! —grito a todo pulmón, mientras pego más mis manos y frente contra la pared.

—Tiffany soy yo. Mírame, soy yo, Jay. —hablaron detrás de mi, en voz baja.

La voz de tu corazón (#1 Trilogía De Corazones Infelices)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora