Capítulo 20

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*Narra Alex*

—Hasta mañana. —ella se despide con gesto de mano y una sonrisa a distancia.

Quisiera oírla hablar, sé que su voz ha de ser una hermosa melodía para mis oídos... pero ¿Qué he dicho?

La veo caminar para cruzarse la calle, se detiene antes de cruzar mientras busca algo en su mochila. Ya quiero que sea mañana y verla en el almuerzo sonriendo.

Creo que todas las noches me acuesto pensando en cuánto tiempo falta para que vuelva a ser de día e ir al almuerzo con los gemelos, Alejandra, y Linda. Siempre he tenido problemas para conciliar el sueño, pero aquel pensamiento me estaba ayudado a poder dormir sin problemas, y hasta dormir más tranquilo.

Antes de voltear, a lo lejos diviso un auto a toda velocidad viniendo a dirección de Linda. Empiezo a correr hacía ella cuando no veo intenciones en aquel auto en disminuir la velocidad en una zona donde se debería manejar a 25 km/h.

—¡Cuidado! —digo para llamar la atención de Linda, pero ella parece quedar paralizada al ver aquel auto tan cerca.

Llego justo a tiempo, pero usando el sentido común, no podría tomar a Linda del brazo y jalarla al otro lado de la calle. Tomaría más tiempo, y podría resultar herida.

Cruzo la calle, y la empujó con todas mis fuerzas. Cosa que al emitir esa fuerza, hizo disminuir mi velocidad al correr. Lo último que sentí fue un golpe en la cabeza, y todo a mi alrededor estaba dando tantas vueltas que parecía que estaba en un juego mecánico. Todo pareció pasar en cámara lenta, como en las películas cuando pasa algo de acción.

Había cerrado mis ojos, y pensé que no los volvería a abrir. Intente abrirlos lentamente, pero ahora estaba en otro lugar. Había mucha gente alrededor, y no podía ver en donde estaba aquel auto, ni siquiera podía ver en donde estaba Linda.

¿Estará bien? ¿El auto llegó a golpearla también? ¿La habré empujado muy fuerte?

—¿L-linda? —la busco con mi vista en todos lados, la logro ver entre las piernas de la gente, estaba casi al otro lado de la acera.

Ella se levanta y corre hacía mi, tiene una cortada en la frente.

—¡No! —¿Estoy alucinando?

De reojo veo que corre a mi, y se posiciona a un lado mío. Toma mi cabeza, la cual como todo mi cuerpo no sentía, y me puso sobre sus piernas.

Tenía una gran vista hasta su cara, muy de cerca. Sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas que amenazaban con salir.

—Has h-hablando... — le sonreí, pero no pensé que a pesar de que no sentía casi nada, esa pequeña sonrisa de dolió hasta el alma.

No llores, Linda.

—Ayuda. —empezó a ver a su alrededor—. Ambulancia. —pedía a duras penas.

—Me alegro que... —suspiro cansado, se me estaba haciendo un poco difícil respirar apropiadamente—, Q-que estés a s-salvo...

Quería decirle que todo estaría bien y que no se preocupara, pero mis ojos se sintieron demasiado pesados, y sólo pude cerrarlos.

—No. —ya no podía escuchar su voz cerca, y era una lástima— Alex.

Mi nombre había salido de su boca. Me sentía tan dichoso de haber sido capaz de escucharlo antes que quedara totalmente inconsciente.

***

Esa maldita máquina, la quiero tirar, no me deja dormir en paz, y la luz no está ayudando en nada.

La voz de tu corazón (#1 Trilogía De Corazones Infelices)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora