La persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse.
Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía.
-Escuche tu grito de ayuda.
Ella sonrió.
-¿E...
Cuando era niña pensaba que aguantarme las ganas de llorar era lo peor, me equivocaba. Caminar por los pasillos, sintiendo las miradas de mis compañeros era mil veces peor. Miroku me acompañaba, sin embargo, podía observar el temblor de sus manos, él como yo, nos aterraba enfrentarnos a estos seres humanos.
-Ellos no son nuestros cazadores.-- Susurro.--Nosotros no le tenemos miedo.--Agarro mi mano y sonrió.--Eres un Higurashi y yo un Yamagashi.
Estuve de acuerdo. Camino con la frente en alto, nos dirigimos al centro de la escuela, donde se reúne el pueblo para discutir temas de importancia. Y ahora, nosotros somos importantes para que nos citaran.
Al llegar, observamos a los adultos discutiendo; mis padres y la madre de Miroku se miraban como si quisieran matarse, mientras que Sango también se encontraba allí. En cuanto notaron nuestra presencia, se callaron y nos vieron; algunos con enojo, otros con miedo y al final, la única con alegría fue la señora Yamagashi.
-Mamá.--Mi mejor amigo soltó mi mano y corrió hacia ella. Los dos se abrazaron con fuerza y empezaron a llorar.
La señora siempre ha sido diferente al pueblo, nunca estuvo apegada a las costumbres y apoyaba a Miroku en cada decisión. Por ello, su padre la abandono.
-Hijo, ¿estás bien?--Acaricio con cuidado la cabeza del castaño.-- Perdón por no estar aquí.
Escuche un sollozo por la parte del chico. Sentí un dolor horrible en mi pecho, deje que mi mejor amigo fuera la fuerza de los dos y lo deje solo. Me aleje, dejándolo con toda la carga.
-¿Terminaron?--Sango hablo. Los tres la volteamos a ver.--¿Qué? Estamos aquí por algo.
Los demás adultos estuvieron de acuerdo. Hicieron que se separaran Miroku y su madre, haciendo que otro sollozo escapara de la garganta de él. De inmediato avance a su lado y agarre su mano.
-¿Necesitan algo?--Les pregunte. No volver a dejarlo solo.
-Ah.--Mi papá es el primero en hablar.--Necesitan disculparse con el hermano Naraku.
-No.
-¿Qué?--El hombre dio un paso hacia atrás.--No escuche bien. Repitelo.
-No.
Miroku se posicionó adelante de mi cuando noto el rostro del hombre.
-¡Eres una rebelde!
-¡No lo soy! ¡Ustedes apoyan a un loco asesino!
La gente empezo a gritar y tratar llegar a nosotros, pero la madre de Miroku nos defendió y trato de que nadie invadiera nuestro espacio personal... Todo se encontraba mal... Yo queria huir... Miroku también...
¿Merecemos esto por defender nuestros ideales?
No lo sé.
Tal vez...
-¡Traidora! --- Un golpe en mi mejilla sonó por el lugar. El rostro enrojecido de Sango fue lo único que vi.-- ¡Traidora!
Miroku la empujo, sin embargo, dos hombres lo detuvieron igual que a la señora Yamagashi. Las dos intercambiamos miradas; cada una con rencor acumulado.
-Eres una traidora. No mereces el apellido Higurashi. --Alzo su barbilla.-- Eres una deshonra.
Sonreí.-- ¿Deshonra? Creo que estas equivocada.--Toque mi mejilla con mi mano.-- Los únicos que deben sentir vergüenza, son ustedes.
Sango levanto la mano. La detuve en el aire antes de que pudiera tocarme de nuevo.
-No dejare que me vuelvas a tocar.--Deje su mano y la mire directamente a los ojos.
-¿Qué harás?--Sonrió arrogante.--Tienes la mitad del pueblo en tu contra.
Visualice a cada persona. Tenia razón, ellos atacaran sin dudarlo.
Un aullido se escuchó.
Las personas trataron de encontrar al animal, señalaban lugares desorientados y Sango se alejo para refugiarse en los aldeanos. Miroku y su madre, al fin libres, se acercaron.
-¡Un lobo!--Mi padre señalo al líder del pueblo.--¡Ve por el hermano Naraku!
-¡Sí!--Corrió a la salida.
Los hombres y mujeres, se posicionaron en un circulo. Espalda contra espalda, mirando por todos lados y concentrados en el aullido.
-¡No lo dejen...!
Dos lobos saltaron frente a ellos. Uno gris y otro negro, sabia quienes eran, no pude evitar sonreír. Sesshomaru los miro y aulló, por el otro lado, Bankotsu, en su forma animal, enseño los colmillos.
-¡Q-Qué!
Los dos animales gruñeron, se ven tan poderosos y peligrosos.
-¡Ahora!--Agarre las manos de madre e hijo y los conduje a la salida.
Escuche gritos y gruñidos, pero no voltee atrás.
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NOTA VIEJA.
Tanto tiempoooo! No me maten. Espero que les haya gustado este capítulo...Tanto como a mi. ¿alguien más se emociono? Recomiendo, para que se emocionen tanto como yo, escuchar una canción de guerra desde la parte
¿Qué harás?--Sonrió arrogante.--Tienes la mitad del pueblo en tu contra.
Recomendare la que yo escuche: Vuelvan a leer desde ahí con esto y whoa..
