25 "No estas sola"

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Sesshomaru caminaba tranquilamente por la arena de aquella playa hermosa, el sol estaba tan brillante y cálido, que cerré los ojos aunque eso significaba perder unos segundos la presencia de mi alma gemela.

-Sabes. – La  voz del peli plateado hizo que abriera mis párpados y lo mirara. – pase años solo y enfocado solamente en mis hermanos, hasta que te conocí. Mi alma te reconoció en segundos y sólo basto unas palabras para que tanto como mi lobo y mi lado humano, cayeran ante tus pies.

Sonreí con sus palabras, pero sus ojos sólo representaban tristeza. Deje de sentir felicidad y la preocupación invadió todo mi cuerpo.

-¿Qué sucede? – Trate de alcanzarlo, pero no me podía mover, como si me sujetaran de los pies.—¿Sesshomaru?

-Lo siento, cariño.

Mis lágrimas ya caían por mi rostro, el dolor de mi pecho incremento al observar como el peli plateado caminaba directo al mar. Llore, suplique y grite hasta que mi garganta dolio, pero Taisho no volteo a verme y sólo se adentro más y más al agua.

-¡No!

La oscuridad volvió e invadió toda mi mente.



Abrí los ojos.
Lo primero que mi vista enfoco, fue el techo blanco y liso. Mi cuerpo me dolía demasiado para tratar de moverme y averiguar que sucedía.

-Kagome. – La voz dulce de Sesshomaru me envolvió

Con cuidado y muecas de dolor,  gire poco mi cabeza a mi costado.  El hombre se encontraba sentado alado de la cama,  no despegaba su vista de la mía y sólo se concentraba en cada   movimiento de mi cuerpo.

-Tonta. – Susurró. – Quieres matarme.

-¿Eh? – Mi voz salió rasposa.  No la reconocí. 

El peli plateado suspiro y tomo mi mano,  beso mis nudillos y es cuando note sus lágrimas cayendo por su rostro.  Sesshomaru,  el gran mac tire,  lloraba por una simple humana.

-¿Sucede algo? – Pregunté con miedo.  Recordé la herida  de Bankotsu y me levante de inmediato,  restándole importancia de mi dolor.  – ¡¿Cómo   está Bankotsu?!

Sesshomaru me ayudo a acostarme de nuevo,  se aseguro que estuviera cómoda. – Bankotsu está bien.  Sigue en reposo pero su cuerpo esta sanando bien.  Al parecer no usaron balas de plata, eso fue una ventaja.

Suspire y mire al techo.  Mi padre es tan idiota hasta para olvidar las balas de plata o... Sólo tenia el objetivo de matarme a mi.
No quería pensar sobre eso, recordar que la persona que me crio, ahora esta dispuesto a matarme. Aparte esos pensamientos y me concentre en Taisho.

-Las cosas se volvieron más complicadas. – Comenzó a decir.  Su rostro demostraba el cansancio.—Estaba distrayendo a los cazadores y cuando al fin pude escapar,  vine aquí y cuando... Cuando me dijeron que saliste a mi búsqueda y-yo...Pude sentir la desesperación y no pude evitar derrumbarme.  Fue como si no pudiera controlar mi cuerpo y viera a otra persona.

-¿Sesshomaru?

-¡Tuve miedo! – Me abrazó y escondió su rostro en mi cuello. – Sentí mi vida irse y no pude hacer algo.

Acaricie con cuidado su cabello.  No dije nada cuando su agarre se volvió  más fuerte al grado que me lastimaba,  no pude apartarlo por el miedo de perderlo.
Estuvimos en esa posición por unos minutos,  al menos hasta que Miroku entro  junto con los cachorros,  en su forma lobuna,  y corrieron hasta que pudieron abrazarme. Inuyasha fue quien me dio besitos por mi rostro y Rin recostara a mi lado.  Mi mejor amigo lloro y me pidió perdón por dejarme sola.

-No te preocupes.

-¡Pudiste morir!

Suspire y sonreí. Sesshomaru lo tranquilo con algunas palabras y prometió que no se apartaría de mi lado.
Inuyasha y Rin se durmieron a mi lado,  los dos acorrucados,  los cachorros buscaban esa sensación de protección. Miroku se despidió y dijo que iría con su madre para preparar alguna sopa para darme.  Le agradecí, Sesshomaru se sentó de nuevo en la silla alado de la cama y me miro con una pequeña sonrisa.

-¿Qué haremos? –Agarre la cobija y tape a los hermanos. – No nos podemos quedar aquí.  No con los cazadores aquí.

-No lo haremos. Nos iremos en cuanto Bankotsu y tú puedan levantarse.

Asentí con la cabeza.  Dolía dejar el lugar donde me vio crecer,  pero no podíamos quedarnos y esperar que vinieran por nosotros.

-Kagome.

Deje mis pensamientos y preste atención a mi alma gemela.

-Cuando huía de los cazadores... Me encontré con Naraku, el cazador que empezó  con todo y. –Cerro los ojos. –Hable con él. 

-¿Entonces?

-Él es un Higurashi.

Ookami 「狼」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora