Antes de iniciar la lectura, deben escuchar esta canción.
Kagome llora mucho últimamente, incluso en las noches escucho sus sollozos y como trata de callarlos con la almohada, cada segundo es una tortura para mi, no la quiero ver sufrir. Me levanto cuando siento que ella deja la cama y se dirige al baño, veo como cierra la puerta. Pasan diez minutos y sale, sus ojos se encuentran hinchados y rojos, cuando nota que me encuentro sentado observándola, se detiene y trata de sonreír pero no lo logra y solo camina de nuevo a la cama. No decimos palabras y yo simplemente me acosté a su lado y la abrace hasta que se durmió.
Esa noche no pude dormir por temor a que siguiera llorando.
-¿Me estás diciendo que deje a mi hermano solo en esa situación?
-Sí.
Su mirada se volvió dolorosa pero me miro con una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza.
-Comprendo.
Y es cuando me di cuenta que la rompí y no sabía cómo recuperarla.
Kagome comenzó a caminar, su vista fue al frente y ninguna vez volteo a verme para asegurarse que me encontraba cerca, no, ni una sola vez me miro hasta llegar a nuestro nuevo refugio.
Bankotsu hablaba con Miroku sobre los alimentos, mientras que Inuyasha y Rin jugaban con una pelota. Cada uno estaba ocupado, haciendo que ninguno se diera cuenta de la caminata lenta de Kagome, de sus lágrimas en las mejillas y de su rostro pálido. Camine hasta ella y la sostuve por la cadera, ella se aferro a mi y juntos caminamos hacia la habitación.
Se ve tan frágil.
La ayude a sentarse en la cama, me agache y con cuidado desate sus agujetas y retire sus tenis, me levante, la ayude a quitarse el abrigo negro y bese despacio su frente. Kagome aún no me veía.
¿Por qué duele tanto?
Se acostó de un lado y cerró los ojos, dejándome sentado y viéndola con un nudo en la garganta.
-Perdón. —Susurre y me acosté, mis manos trataron de alcanzar pero no pude, simplemente me quede viendo su espalda.
¿Debo dejarla libre?
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Ookami 「狼」
ФанфикLa persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse. Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía. -Escuche tu grito de ayuda. Ella sonrió. -¿E...