La persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse.
Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía.
-Escuche tu grito de ayuda.
Ella sonrió.
-¿E...
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Los lobos o Mac tire* son símbolo de respeto, nobleza y lealtad; pero también están señalados como Monstruos y una amenaza para el ser humano.
En el siglo XV, el rey Jacob primero de Escocia, ordeno matar a cada lobo del país: "Todo aquel que mate a un lobo, es recompensado" Y así empezó la matanza. La iglesia Católica fue responsable de tal acto horrendo. Y así, poco a poco más países y sus pueblos, obedecían aquella estúpida orden—aun sin ser del ciudadano de Escocia—Poco a poco los lobos empezaron a morir y extinguirse del mundo, pero siempre existió la leyenda de "el último lobo"
Mi pueblo llamado "Shikon" se unió a la causa y se convirtieron en un pueblo de cazadores, expertos en cada debilidad de los Mac Tire, ser los humanos que derrotaran aquellas bestias de sangre azul. Sin embargo, el tiempo paso y las personas olvidaron aquel propósito, siguieron sus vidas y la tecnología se volvió más interesante que matar a unos animales.
En la actualidad, mi pueblo es famoso por leyendas, pero nadie le interesa seguir con el linaje de cazadores...O hasta que ellos volvieron.
Agarre un volante de la mano de aquella chica de linda sonrisa y seguí caminando a mi escuela, era un día muy bonito y el sol estaba en su posición perfecta, el viento era refrescante y las personas continuaban con sus labores. Todo estaba en su lugar, nadie podía interrumpir nuestra vida tranquila.
-¡Kagome!—Miroku se acercó y deslizo su brazo por mis hombros. —Linda, me han dicho que aún no eliges tu carrera.
Bufe, ¿en serio debía elegir tan pronto?
-Ya sabes, como veterinario.
-Te falta un año para acabar. —Lo interrumpí.
Miroku rodo los ojos y siguió con su discurso. —Cómo veterinario y futuro tío de tus bebés, debo asegurarme que elijas muy bien sobre tu futuro.
Y deje de escuchar. No me importaba otra vez soportar su discurso sobre mi futuro y como debía elegir veterinaria, para estar juntos y así abrir una clínica en el pueblo, aunque últimamente tiene la idea de irse lejos de aquí y abrir en otro lado. Apreciaba su preocupación, y claro que amaría estudiar su carrera—siempre he amado a los animales—pero sigue aquella duda en mi pecho.
Cuando llegamos a la puerta de mi colegio, mi amigo sólo se alejó y me deseo suerte. Miroku puede ser un idiota, pero es lo más cercano que tengo de un hermano. Incline un poco mi cabeza y lo seguí hasta que desapareció de mi vista, satisfecha, entre a mi escuela.
La preparatoria del pueblo, era chica y por consecuencia, todos se enteraban de lo que hacías. No podías ser completamente invisible y evitar las humillaciones. Y no quiero aclarar que yo no era popular, ni siquiera llegaba a promedio...Era la basura de la escuela y a todos les importaba mi autoestima.
