44 "Me salve, me salvaron y salve"

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Desperté cuando Naraku entro enojado al cuarto, su vena de la frente se notaba más de lo usual y la patada al aire que dio me confirmo que no es bueno lo que está sucediendo. El hombre al mirarme, su mirada se torna más siniestra y camina hacia mí, como mis piernas aún no se recuperan por completo no me puedo mover para alejarme.

-Tú.

Con su mano derecha me jala del cabello y hace, aunque arda apoyarme, levantarme para mirarlo a los ojos. Naraku tiene inyectado de rojos sus ojos y su respiración es acelerada como si fuera un toro en pleno ataque. Temo porque estoy indefensa, no puedo defenderme de un hombre que es obvio que me gana en fuerza y aunque lo intente ¿dónde huiría? No hay escapatoria.

-Ayame fue atacada por unos mocosos. —Dice con furia. —La lastimaron y la dejaron en nuestras puertas.

-¿Q-Qué?

-¿Te haces la idiota?—El hombre deja libre mis cabello y se voltea. —Ellos dicen que vendrán por nosotros si no te liberamos.

¿Sesshomaru? Sango dijo que él vendría a salvarme, aunque este no es el estilo de mi querido lobo, no, es más violento y directo. Es cuando pienso e Kohaku y sus amigos, quienes no les importa a quien dañar mientras que los Ookami a su protección estén a salvo y sus amenazas son las más peligrosas, son adolescentes que no le temen a la muerte y están dispuesto a arriesgar todo por su objetivo.

Naraku vuelve a voltear y a mirarme con enojo, su postura es rígida, desde mi lugar puedo notar que esta alerta ante cualquier sonido que se escuche a nuestro alrededor. El de cabellos negros suspira, da la media vuelta y camina a la puerta.

-Esos mocosos serán eliminados.

Sale de la habitación y cierra la puerta con un portazo. Miro a la pequeña ventana de la habitación, de nuevo encerrada pero ahora con un rayo de esperanza creciendo en mi interior. Kohaku y su grupo está arriesgando todo para rescatarme, entonces yo debo ser más valiente y tragarme mi dolor, buscar por todos lados una salida o al menos un arma para el guardia que venga a entregarme comida. Ese momento es mi oportunidad para escapar y por Sesshomaru y el resto lo hare, arriesgare todo.

Así que espero con paciencia, en mis manos tengo un tubo oxidado de la jaula de Ayame que pude recuperar. Mis piernas me arden y piden que descanse pero se los niego, me quedo levantada en una esquina oscura con los sentidos en alerta ante cualquier señal de que viene el guardia con la comida.

"Eres mi alma gemela, Kagome"

"-Kagome, eres fuerte. —Kohaku agarro mi mano. —Lo suficiente para estar con tu lobo. Un Mac tire siempre elige a una persona fuerte."

Sí, tengo que demostrar porque el alma de Sesshomaru me eligió.

Entonces la puerta se abrió, un hombre de estatura promedio entro con una bandeja con la comida del día y avanzo sin preocupación hasta la celda. Saben que estoy débil, pero eso no me detendrá. Salto hacia él y lo golpeo con todas mis fuerzas su cráneo con el tubo, él no sabe que sucede y cae como un saco de papas, puedo sentir la sangre tocar mis pies desnudos pero no tengo tiempo para arrepentimiento y vuelvo a estrellar el metal contra su cabeza, una, dos, tres y cuatro veces hasta que estoy segura que no se levantara. Dejo caer mi "arma" y corro hasta la puerta, la cual siempre deja abierta porque se sentía confiado, en cuanto salgo la luz del pasillo me da en mi rostro y me aturde, aunque no dejo que eso me impida seguir corriendo.

Cuando llego al final del gran pasillo gris encuentro a dos cazadores caminando con sonrisas en sus rostros, cuando se dan cuenta de mi presencia los dos sacan sus pistolas. Doy dos pasos atrás, no puedo contra las armas, un movimiento en falso y tendré una bala en mi cabeza.

Ookami 「狼」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora