El lobo gris trataba de apartarse de mi toque, pero la herida era demasiado profunda y dolorosa que no podía. Quise llorar al verlo en ese estado, pero me controle y mire más de cerca su herida.
-Tranquilo. —Con la tela en mis manos, la amarre con fuerza alrededor de su pata. —Para detener al menos el sangrado.
El animal no se quejó y recargo su cabeza en el suelo. Pude verlo más de cerca, cuerpo grande, pelaje brillante, ojos dorados y orejas puntiagudas; pude notar cuando gruñía sus dientes filosos y grandes, en su costado se encontraban sus colmillos. Su lomo es de color gris, pero sus patas, estómago y la mitad de debajo de su rostro, eran blancas.
Me levante cuando termine de amarrar fuerte la tela, mire mi vientre descubierto y suspire, no podía ir a mi casa en estas fachas pero tampoco tenía opción. Me asegure de la herida de su pata y prometí regresar—con Miroku—y atenderlo como debe de ser. Una parte pequeño en mi pecho, me decía que debía quedarme hasta que me asegurara que estaría bien, pero también otra parte me gritaba que debía ir por comida y Miroku.
"Volveré" Pensé y sonreí.
Cuando volví a mi escuela, de inmediato los maestros me regañaron y llamaron a mis padres. Me negué a contarles sobre mi nuevo amigo. Sabía que ellos irían a lastimarlo, porque el ser humano sigue siendo la peor especie que ha pisado la tierra y mata lo que no comprende.
-Higurashi. —Mi profesor de matemáticas me miro con enojo. —Te quedaras después de la escuela para limpiar al menos tres salones.
Mi madre se disculpó por mi comportamiento, mientras que mi papá sólo me prohibió todas mis salidas. Los dos me dijeron adiós y se fueron, dejándome en mi suerte en la maldita escuela. El director también me dejo ir, pero mi maestro me siguió hasta el aula y enfrente de todos, me recordó mi castigo.
Genial.
Camine con vergüenza a mi asiento y recargue mi frente en la banca. Odiaba sentirme observada, y sabía que ahora mismo todos estaban pendiente de mis movimientos. Escuché la risa de Kikyo y la broma de Koga, ellos estaban planeando algo.
Después de que la campana de salida sonara, la escuela quedo sola, a excepción de los conserjes, maestros y yo. Agarre mi mochila y me dirigí al anciano Myoga—un agradable señor de limpieza—quien me daría todo lo necesario para limpiar los tres salones que me tocaban.
-Hola, bonito. —Salude al anciano, deje mi mochila en su cuarto de limpieza y sonreí.
-Hola, bonita. —Respondió. El anciano media al menos 1.50, tenía un gran hueco en el centro de su cabeza, una barba de chico y ojos marrones. Yo lo trataba como un abuelo.
Myoga me dio una escoba, me prometió ayudarme con lo demás. Le di un beso rápido en su mejilla, ese hombre era mi única amigo verdadero en la escuela, no dejaría que trabajara para mí, al menos no hoy. Agarre como pude lo demás y le dije que no se preocupara siguiera en sus cosas, yo podría con todo el trabajo.
-¡No te lastimes, por favor!—Me grito. Baje mi mirada a mis rodillas ya raspadas. —Bueno, más.
Reí.
Bueeeno... Esto de limpiar salones no es muy bueno para mi salud, menos cuando Kikyo y Koga se quedaron después de la escuela para molestarme, incluso cuando trataba de barrer el aula, ellos pasaban y tiraban algo nuevo.
-Perdona. —Kikyo dejo caer una envoltura de una paleta. —Pero debes limpiarlo.
¿En serio? ¿Por qué debo ser compañera de una perra del mal? Suspire y me agache para levantar el maldito papel, pero entonces sentí que alguien me pateo en mi trasero, haciendo que cayera.
-Perdón. —La voz de Koga me erizo la piel. Una cosa era la zorra, otra muy distinta era un hombre estúpido. —Debes tener más cuidado.
Trague saliva, apoye mis manos en el piso para levantarme, sin embargo sentí como me vaciaron el agua que guardaba para limpiar lo último. Mis lágrimas ya resbalaban por mis mejillas, pero eran opacadas por el agua que escurría de mi cabeza hasta la última punta de mi cabello azabache.
-Se resbalo. —Kikyo rio.
Quería irme. Huir lejos y jamás regresar.
-¿Qué sucede aquí?—Una voz ronca y fuerte se escuchó. Los tres miramos la entrada del salón. Un hombre de cabello plateado, ojos dorados, alto, buen cuerpo y vestido de traje, estaba viéndonos enojado.
-¿Eh?—La chica sonrió. Era obvio que le gusto. —Hola, extraño.
-No me interesas. —El hombre sacudió movió su mano de un lado a otro. —Pegunte que le están haciendo a mi salvadora.
Los tres abrimos los ojos sorprendidos, ¿de qué mierda hablaba?
Cooorto, lo sé. Pero al menos aparecio más rápido Sesshomaru humano 7u7r
Bueno, se preguntaran ¿cómo rayos se recupero tan rápido? :v Es una pregunta que si pretendo responder en el próximo capítulo :3
Los jamo con quesito <3
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Ookami 「狼」
Fiksi PenggemarLa persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse. Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía. -Escuche tu grito de ayuda. Ella sonrió. -¿E...