La persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse.
Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía.
-Escuche tu grito de ayuda.
Ella sonrió.
-¿E...
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Cuando conocí al cazador Naraku y descubrí que pertenecía a la rama familiar de Kagome, no voy a mentir, algo en mi interior se movió y no pude enfrentar a mi compañera. Es como si alguien me golpeara en el pecho en cuanto mi vista se posaba en ella. No lo comprendía, incluso llegue a pensar que era porque es familiar de aquel monstruo que acabo con mi familia pero no, estaba equivocado, es más allá de eso, simplemente no pude verla en esos momentos porque sabía que le arrebataría lo último que quedara de su familia y sabía que es perder cada rastro de tu identidad, aunque Naraku solo representara lo malo.
Camine con cuidado por los pasillos del lugar, aun cuando Kohaku y sus compañeros son expertos y han eliminado a la mayoría de los cazadores que se encontraban dentro de la sede, no quiero arriesgarme a cometer un error. Así que miraba a mi alrededor, mis sentidos están en alerta y trato de no hacer demasiado ruido. Cada paso que doy hacia Naraku es uno menos para finalizar todo esto, es el destino que se me fue marcado desde el día que mi manada murió y mis hermanos quedaron a cargo.
Kohaku junto con la chica de piel morena se detuvieron en una puerta de metal, en medio tenía una pequeña ventana que dejaba observar el interior de la habitación. Los dos adolescentes se miraron y asentaron con la cabeza, inmediatamente abrieron la puerta y se adentraron, los seguí de cerca.
-Vaya, los perros llegaron hasta mí. —El hombre de piel pálida y cabello negro se levantó de la silla morada que se encuentra en medio de la habitación, es lo único que adorna el lugar. —La verdad no pensé que Sango y esos lobos me traicionaran.
-No tuvieron opción. —Dije con orgullo, mi pecho siento la vibración de grandeza cuando sometí a los enemigos. —O nos ayudaban o morían.
-No me sorprende de un Taisho, sin embargo los niños que están cuidándote es otro tema. —Se posiciona atrás de la silla y se recarga en el respaldo. —Nunca imagine que los guardines de la noche tuvieran descendencia.
Los guardianes de la noche son los padres de Kohaku y los demás, hace tiempo que no escuchaba nombrarlos por su nombre oficial.
-Fue su último regalo.
El hombre asentó con la cabeza, en sus labios se formó una sonrisa que borro de inmediato al observar a Kohaku, quien lo apuntaba con un arco. Naraku se tenso y enderezo su espalda, sus ojos no se despegaban del joven.
-Tú. —Dio unos pasos atrás. —El general Ho... ¿Es tu padre?
El castaño le dio un afirmativo, aunque su rostro no reflejaba una emoción pude oler a rabia que surgía en el pequeño. El cazador dio un aplauso, la expresión en sus facciones confirmaban la sorpresa que tenia.
-¡El general Ho tuvo un hijo!—Sonrió. —El legendario Ho, el padre biológico de Sango.
¿Sango? Voltee a ver a Kohaku, de nuevo no presento sus emociones, incluso me atrevo a decir que se encuentra muy calmado para la revelación que se le acaba de dar.
-Sango es la hija de mi padre con otra mujer. —El adolescente bajo el arco que apuntaba al enemigo. —Pero mi padre las abandono para cumplir su deber con los Mac Tire.
Naraku comenzó a emitir carcajadas, las cuales me produjeron asco y rabia. Este tema es delicado, incluso siento lastima por la chica que perdió a su padre pero para Naraku es información que puede usar para manipular y dañar.
Lance un gruñido, haciendo que todos se quedaran inmóviles en sus lugares y me voltearan a ver. Kohaku volvió a apuntar su flecha hacia Naraku y Shiori trago saliva, Naraku solo dejo de sonreír y me observo con cautela. Recordamos porque nos encontramos en este momento, el ambiente se sintió pesado y asfixiante.
-Mac Tire¸ hijo del mal y representante del odio. —Comenzó a decir Naraku, su cuerpo se enderezo más y se atrevió a rodear la silla y acercarse a mí. —Es hora de terminar con la batalla de los Higurashi y los Taisho.
La chica de piel morena se interpuso entre él y yo, su mirada desafiaba a Naraku acerarse más y probar la cuchilla que guardaba en el cinturón. Aunque le agradecía su protección, el cazador tiene razón sobre terminar la batalla que nuestros ancestros dieron inició. Los Higurashi se enfrentaban a los Ookami desde el inicio de la caza de lobos, mientras que los Taisho nos enfrentamos a ellos por la seguridad de las manadas que juramos proteger como si fueran nuestras.
Lo único irónico de esto es que de esta batalla nació Kagome, quien posee un nombre de Mac Tire y apellido de cazador. Es la luz que me ayudo a continuar y junto con Naraku, es la última del linaje Higurashi.
-Apártense. —Me moví a un lado y mire a Naraku. —Esto terminara con nosotros, aquí y ahora.
-Nune aut nunquam*. —Pronuncio Naraku en latín.
-Forest fortuna adiuvat*. —Conteste.
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Nune aut Nunquam: Ahora o nunca.
Furest Fortuna Adiuvat: Lafortuna sonríe a los valientes.
