La persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse.
Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía.
-Escuche tu grito de ayuda.
Ella sonrió.
-¿E...
Gaman 我慢: Se refiere a la resistencia y la capacidad de seguir intentando algo a pesar de las adversidades, o de seguir luchando a pesar de que parece que todo está perdido.
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Desperté cuando sentí los pasos adentrándose al cuarto, mi primer instinto fue agarrar el tendedor que guarde de la cena y apuntarlo en contra de la persona que se encontraba enfrente de la cama.
-Ya tienes energía. —El joven de cabello castaño sonríe. —Han pasado tres días, señorita.
-Kohaku. —Suspire y deje el tendedor en la mesa de alado de la cama. —No me asustes así.
El adolescente se sentó en la esquina de la cama. Kohaku es el líder de un pequeño grupo de aliados de los Ookami, son los hijos de los protectores anteriores que murieron en la masacre de los Taisho. Cada uno fue entrenado por sus padres, y aunque el mayor apenas contaba con dieciséis años de edad, son feroces y han matado más de un cazador en su movida. Cuando Naraku trato de llevarme a la fuerza con ellos, Kohaku junto con otro chico de cabello rojizo vinieron a mi rescate, se enfrentaron al cazador experimentado y a Sango, quienes salieron heridos de la pelea y decidieron huir. Shippo, el compañero de Kohaku, fue el que sugirió quemar la cabaña para que así no volvieran al lugar los cazadores. Me quise oponer, pero realmente fui herida por Naraku, haciendo que poco a poco mi cuerpo pesara y mi voz no se escuchara, los dos chicos se pusieron de acuerdo y quemaron el lugar, el cual pensamos que era seguro. Después de aquello, no recuerdo mucho, lo único que mi mente me deja recordar son las voces de los demás miembros y como trataban de curarme, luego de eso me desmaye y apenas ayer desperté.
-¿Me puedo ir?—Pregunté, no me quejaba de sus atenciones pero debo volver. —Mi lobo debe estar buscándome.
-¿Tu lobo?—El líder abre la boca como si hubiera olvidado algo y apenas lo haya recordado. —Cierto, cierto, eres el alma gemela de uno. Lamento tenerte aquí tanto tiempo pero como ya sabes, apenas despertaste ayer.
-Pero, debo volver. —Voltee a ver los juguetes de los cachorros. —No importa si después me desmayo en la entrada, debo volver con ellos. Por favor.
-Señorita.
-No, no cambiare de opinión. —Aparte mi mirada de los juguetes y mire a Kohaku, quien esperaba que continuara hablando. —Ellos son mi familia y sabes que sucede si el lobo es separado de su humano.
-Experimenta un dolor tan grande que puede matarlo. —Dice, agacha la mirada y suspira. —Lo sé, pero debes entender que tu salud también es importante y te apuñalaron.
Toco con cuidado la herida en mi abdomen y maldigo por dejar que me tocaran, si tan solo fuera más fuerte.
-Kagome, eres fuerte. —Kohaku agarro mi mano. —Lo suficiente para estar con tu lobo. Un Mac tire siempre elige a una persona fuerte.
