La persona que lo puede salvar es una humana; la unica que pudo tocar tanto su corazón para vincularse.
Sesshomaru no queria, deseaba no estar cerca de ella pero su cuerpo sólo pedía a gritos su cercanía.
-Escuche tu grito de ayuda.
Ella sonrió.
-¿E...
ME EMOCIONE, PERDÓN. AHHHHHHHHHHH, ¿Saben cuanto emociona estoy por este capítulo? Creo que es una de los mejores...No sé, me encanto la ultima parte.
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Canción Sesskag Ookami.
Sesshomaru corrió cuando el olor de sus hermanos aumento, haciendo que yo también empezara a hacerlo. Se dirigió a una casa en un pueblo pequeño, era lo suficiente modesta para que una familia común viviera en ella y por supuesto, ocultarse por unos días. El lobo se detuvo delante de la puerta, su respiración se encontraba agitada y sus manos hechas puños, pude presenciar del miedo que le causaba entrar y no encontrar a sus hermanos. Le tome la mano y le sonríe, tratando de transmitirle tranquilidad a su agitado corazón. Sesshomaru soltó el aire, con su mano temblando, toco dos veces a la puerta, unos segundos bastaron para que Bankotsu abriera con una gran sonrisa.
-Estas tardando en tocar. —Dijo, se hizo a un lado y nos invitó a pasar. Sesshomaru lo abrazo, tal vez trataba de pedir perdón en silencio por su ausencia, el otro lobo le dio palmadas en la espada. —Vamos, los cachorros están impacientes por verte.
El peli plateado entro corriendo buscando a sus hermanos, yo abrace por unos momentos a Bankotsu y cuando comprobó que no me encontraba herida, me hizo prometer contar todo lo que sucedió en estos días. Cerro la puerta en cuanto entre y me guió a la sala, donde ya se encontraba Sesshomaru abrazando a sus hermanos y preguntando sobre los días que no pudo verlos, alado de ellos, parado viéndolo con los brazos cruzados, estaba Miroku, en unos segundos me volteo a ver y cuando lo hizo, los dos empezamos a llorar. Corrí a abrazarlos y refugiarme en sus brazos, como una niña pequeña trate de aferrarme a su calor, a su protección como sólo un mejor amigo puede brindarte.
-Dios, me encontraba tan asustado. —Se separó de nuestro abrazo. — ¿Acaso sabes cuantas horas he dormido desde que te fuiste? Me sentía como una mierda, no puedo creer que te deje sola en esa situación. —Comenzó a sollozar y tener hipo por el llanto.—M..Me..S-siento tan mal.
-Lo siento. —Me aferre a su camisa. —Perdón.
Nos quedamos en esa posición hasta que los cachorros también exigieron mi atención, mi amigo le dio una sonrisa a los niños y se alejó de mi, haciendo que de inmediato los hermanos se lanzaran a abrazarme. Los recibí, les di besos en sus cabezas y trate de transmitirle todo mi amor por ellos. Sesshomaru nos miraba con una pequeña sonrisa.
-Bueno, ¿nos contaran?—Bankotsu se sentó en el sillón de la pequeña sala. —Porque aparecer sin casi heridas nos tiene intrigados.
El líder de la manada sentó con la cabeza, le dijo a sus hermanos que subieran. Miroku tomo asiento alado del moreno, mientras que Sesshomaru y yo nos quedamos levantados, tratando de organizar nuestras ideas para comenzar a explicar. El primero en hablar fue el lobo, describiendo sobre el encuentro con los cazadores inexpertos y la reunión con el grupo de Kohaku, y es cuando también yo comencé a hablar y explicar como ellos me salvaron de las guerras de Naraku y me cuidaron en los días que no estuve en casa. Miroku pregunto otras cosas, "¿por qué no vinieron?, "¿Todos son menores de edad?". Cosas por el estilo, haciendo que el lobo mayor resoplara por lo abrumador que resulto ser Miroku en cuanto se lo proponía.
