Navidad ya estaba a la vuelta de la esquina y la fiesta de invierno también se acercaba, ibas a asistir a la fiesta y eso me hacía querer ir igual, aunque sabía que mis amigas no irían, pero quizás podría platicar contigo antes de vacaciones.
Para este tipo de eventos, se nos permitía usar ropa civil y no nuestro feo uniforme, aunque igual mi gusto en ropa no era del todo bueno en ese entonces.
Ese día me levanté temprano y busqué un pantalón negro y una blusa verde, recogí mi cabello en una media coleta de caballo y use el perfume de frutitas que tanto me gustaba.
Estaba en la escuela y me acerque a ti, intercambiamos algunas palabras sobre el clima, pues estaba muy nublado, pero no más.
La comida era pizza y ya sabes que no me gusta del todo, así que te cedí mis dos rebanadas a ti y a Gael, dijiste gracias y caminante hacía la chica que te esperaba en el patio, abrazaste fuertemente a tu novia y le diste un beso que a mí parecer duro una eternidad, mi corazón se rompía, pero no lloré, dolía, pero sonreí porque tu estabas feliz.
Caminé hacia mi salón, en donde solo estaban Cyntia y Lola.
Hablaban de cosas triviales a mí parecer, chicos, ropa, maquillaje etc.
Yo miraba la ventana, intentando quitar de mi cabeza todo rastro tuyo, cuando alguien me interrumpió.
–Julia – era Lola
–Dime
–¿Te gusta alguien del grupo? –
Ni siquiera la miré, odiaba esa pregunta, ¿Acaso era la única que sabían hacer?
–Deja en paz a Julia Lola después de todo, si le gustará alguien, jamás se fijarían en ella– esa era la voz de Cyntia y poco a poco quité mi rostro de la ventana.
–¿Por qué lo dices ?– pregunte sin ánimo pero con mucha angustia
–Julia no me mal intérpretes, eres buena persona y todo lo que quieras, pero pareces una niña, mira como te peinas ni siquiera usas brasier ¿O si?
Julia mírate, incluso tus lentes de figuritas se ven demasiado infantiles y tus labios pálidos sin color no te favorecen.No respondí a nada, salí del salón corriendo y entre al baño de profesoras, me miré una y otra vez en su espejo y lo supe, Cynthia tenía la razón, yo parecía una pequeña niña.
Lloré, lloré porque tenía razón jamás te fijarías en mi.
Después de un rato cuando salí del baño estaba lloviendo, igual que hace un momento en mis ojos, levante la vista y te encontré, estabas discutiendo, si ,con ella otra vez, pero al final la besaste, yo observaba desde lejos la escena, era lo único que podía hacer.
Llamé por teléfono a mi madre, quería salir de la escuela en ese mismo instante.
Ya estando en el coche, por fin hable.
–Mamá,ya sé que quiero para navidad
Tal vez así luciré mas bonita, pensé.
–¿Qué quieres Julia, mmm será...?–
–Quiero un labial